Yucatán: En pleno 2021, hay gente que vive sin celular y así es muy feliz

La tecnología no es sinónimo de felicidad y estos testimonios te ayudarán a comprobarlo.

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Es posible vivir sin celular y estar comunicado (Foto: Archivo)
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Vivir en pleno siglo XXI y pensar que alguien no usa celular parece agarrado de los pelos. Y peor en pandemia, cuando el confinamiento nos pone entres las cuerdas. Y nos preguntamos, ¿cómo viven estos humanos sin hablar por teléfono? ¿Cómo hacen para prescindir de la inmediatez del Whatsapp? ¿Cómo se comunican sin stickers? ¿Qué pasa si tienen una urgencia? Y sobre todo: ¿Cómo le hacen para no usar un teléfono móvil justo ahora, alejados de muchos seres queridos y en pleno auge del Covid-19?

Todas las preguntas tienen respuestas y se pueden englobar en una sola: “Sí se puede”. Y aunque parezca mentira, es mucho más normal de lo que imaginamos alejarse de un celular en estos tiempos y hasta más sano para muchos. Y algo fundamental: la comunicación no se corta nunca. No será inmediata como un mensaje enviado desde Whatsapp o desde Messenger, pero que te vas a enterar de lo que necesitas, de eso no hay duda.

Hay celebridades que le dijeron “chau” al celular. Según el sitio de noticias Telemundo, quienes se despidieron de la “nomofobia” -o miedo incontrolable a salir de casa sin celular- son actrices y actores como Saraha Jessica Parker, Casey Affleck, Tom Cruise y Christopher Walken. También dejaron de estar “conectados” a través de un teléfono móvil el productor Simon Cowell, el cantante Elthon John y la modelo Tyra Banks. Insistimos, sí se puede.

Aunque cuando pidieron esta nota, me pareció medio imposible encontrar gente sin celular, lancé la pregunta: “¿Conocen gente que no use celular?” y aparecieron los casos. Creer o reventar.

Y son yucatecos y de edades variadas. Y todos tienen sus motivos –algunos coinciden y otros no- por los cuales prefieren estar lejos de la telefonía móvil.

Eduardo de 40 y pico de años, es periodista y escritor y trabaja como editor en un periódico local. Los que quieren contactarlo tienen en claro dos cosas: que deben hacerlo cuando él está en su casa o en el diario. Eduardo afirma que está bien comunicado y que estar atado a un teléfono celular es una pérdida de tiempo.

¿Y el Whatsapp? ¿Y si pasa algo y te tienen que avisar? ¿Y si necesitas contactarte con alguien urgente? Le preguntamos a Eduardo, con desesperación. Y el periodista y escritor nos clava el visto y nos contesta muy tranquilo: “No uso celular hace años y yo pongo las prioridades para comunicarme, no es mi problema si no pueden hacerlo”. Y dice que solo agrega a su forma de comunicación un correo electrónico de hotmail que sí, todavía existe.

Miguel Ángel Ruiz Silva tiene 71 años y es comisario de Colonia Yucatán, en Tizimín. A pesar de ser funcionario asegura que puede vivir sin celular y que, si necesitan contactarlo, lo hacen a su casa o a su oficina. Aclara que su secretaria sí usa teléfono móvil.

“No me llama la atención el tema de la tecnología y me han querido regalar celulares toda mi vida y siempre dije que no. Como funcionario se me complica a veces estar incomunicado, pero el que me quiera localizar me encuentra, saben cómo hacerlo. Y te digo la verdad, con todo el tema de la política, no tener celular me calienta menos la cabeza. Y si necesito, yo me comunico con tres piedras, un fogón, leña verde, un cerillo y una manta”, dice, divertido, refiriéndose a las señales de humo. Y concluye: “Soy una persona feliz sin teléfono ni redes sociales”.

Con María Flores no pudimos hablar directamente, pero lo hicimos a través de su familia. María vive en Celestún, tiene 45 años y nunca usó celular. “Quienes quieran comunicarse con ella, lo hacen a los teléfonos de sus hijos”, cuenta su cuñada Rosario.

María tiene, en este caso, motivos religiosos. Pertenece a la Iglesia Pentecostés “Príncipe de Paz” y allí algunos fieles prefieren vivir más “a la antigua” y por eso prescinden de la telefonía móvil.

“Recuerdo cuando su marido estaba internado en un hospital en Mérida, si mi cuñada necesitaba mandar un mensaje a algún familiar de Celestún, le daba una notita a alguien que viajaba al puerto. Así se comunicaba”, relata Rosario. 

MILLENNIALS ALEJADOS DE LA TECNOLOGÍA

Karla Franco tiene 23 años y estudia la licenciatura de Teatro en la ESAY. Nos relata que vivió sin celular tres años y que jamás se compró uno, sino que más bien se los han regalado. Asegura que no le fascina la tecnología y que se siente bastante desactualizada al respecto. Si necesitaba comunicarse, lo hacía a través de celulares de amigos o escribía mensajes por el Messenger de Facebook. Las redes sociales le parecen vanidosas.

Sin embargo, hace menos de un año le regalaron un teléfono móvil. “El tiempo que viví sin celular me hizo analfabeta de la tecnología y me alejó de estos nuevos lenguajes. Ahora se me hace muy difícil adaptarme”, relata. Hace unos meses se instaló el Whatsapp y está maravillada con el uso de los stickers.

“Vivir sin teléfono no me hizo ni más ni menos feliz que antes y se puede sobrevivir. Ahora siento que estoy más comunicada con grupos de apoyo, familiares y amigos. Tampoco hay que pelearse con la tecnología”, afirma.

Rubén Caballero tiene 25 años y volvió a usar celular hace un tiempo, pero sin número de teléfono. Sólo lo utiliza para redes sociales.

“El tiempo que no tuve celular me dio la posibilidad de ocupar de otra forma mi tiempo libre y no me la pasaba en la cama, haciendo nada... Leí más y salía a caminar, esa rutina la sigo manteniendo y me encanta”, cuenta.

El tiempo que estuvo desconectado, si necesitaba hablar por teléfono, Rubén les pedía el celular a sus amigos. “Lo único que me preocupaba era estar desinformado por temas de mi carrera, pensaba que me podía perjudicar si no me enteraba de cosas, pero era lo único”, detalla.

Sin embargo, asegura que libraba este obstáculo con la plática personal con sus compañeros. Nunca fue un gran problema no tener celular.

Cabe destacar que a Rubén no le gustó nunca hablar por teléfono. Prefiere, a través del Messenger del Facebook, enviar y escuchar audios.

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