“No tengo casa donde recibir la despensa”; Don Gabriel vive en su silla de ruedas
Él es una de las personas que acuden al comedor comunitario de la asociación Manos que Ayudan.
Chetumal.- Don Gabriel dice que ha sobrevivido la pandemia “de milagro”. Tiene 67 años, y desde hace dos décadas está “atado” a una silla de ruedas, tras perder su pierna.
Hasta antes de la contingencia, sobrevivía vigilando los negocios del mercado 5 de Abril en Chetumal, labor que le pagaban los locatarios con comida. Pero el cierre de los negocios por el COVID-19 le quitó su única oportunidad de ganarse el sustento.
Ha solicitado apoyo al ayuntamiento, a los regidores y al DIF municipal, pero le responden que no hay recursos para ayudarlo, por lo que debe esperar su despensa del gobierno estatal.
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“El problema es que no tengo casa, así que no puedo recibir ese apoyo”, dijo con tristeza el señor Gabriel, quien no menciona su apellido porque asegura que a nadie le importa.
Como él, más de mil 300 personas se encuentran en la misma situación, sobreviviendo con alguna discapacidad en la calle, sin hogar, sin documentos, y sin ninguna oportunidad de ayuda gubernamental, según la asociación civil Manos que Ayudan.
“Algunas de estas personas son canalizadas a los comedores comunitarios o a los centros de ayuda que aún operan en Chetumal, para que al menos tengan un plato de comida al día. Son los verdaderos vulnerables, el rostro que vemos constantemente en las calles de la ciudad, pidiéndonos limosna o vendiendo algunos dulces para ganar unos pesos; pero que al final terminamos ignorando”, dijo Graciela Vázquez, integrante Manos que Ayudan.
Ella calcula que 80% de este grupo son adultos mayores abandonados por sus familias. Viven en la calle, en las zonas irregulares o en casas abandonadas.