Tres de cada 10 trabajadores de la industria de la construcción se resisten a aplicarse la vacuna contra la COVID-19, señaló José Rafael Lara Díaz, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria de la Construcción (AMIC) Delegación Quintana Roo.

Indicó que la renuencia de estos trabajadores dificulta que las empresas afiliadas a la agrupación, cumplan en su totalidad con los lineamientos sanitarios que exigen las autoridades, dentro de la reactivación económica en la nueva normalidad.

“Nos está costando mucho trabajo, más ahora que tienen que presentar todos códigos de vacunación sus carnets y eso nos es difícil con la mano de obra con la cual trabajamos día a día”.

La AMIC agrupa a aproximadamente mil 300 trabajadores, pero desafortunadamente, el 30% de ellos no acude a la aplicación de la vacuna contra el coronavirus, por la influencia de las “fake news” que circula en redes sociales y la propia desconfianza hacia el contagio.

Los trabajadores no acuden a las jornadas de vacunación, a pesar de que las empresas les dan todas las facilidades para que se vacunen y descansan 24 horas sin descuento alguno a su salario.

Pese a que la vacunación contra COVID-19 no es una obligación, ni está regido por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (Styps) como un condicionante para poder laborar, llegará el momento que sí será un requisito, por lo que continuarán con el exhorto a sus trabajadores para que acudan a vacunarse.

Lara Díaz indicó que cumplir con las disposiciones sanitarias no es solo un acto de voluntad, también de erogar recursos económicos para el equipamiento, recurso que ha sido absorbido por cada uno de los empresarios del ramo de la construcción.

“El objetivo es seguir con la reactivación de la obra y fuentes de empleo; trabajamos para tener en todas y cada una de las obras con todas las cuestiones de sanidad e higiene que el Gobierno del Estado ha indicado”.

Además, trabajan en conjunto acciones preventivas entre sus agremiados y trabajadores con diversas cámaras empresariales, como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi), para coadyuvar en los protocolos de sanidad en la construcción.

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