Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- La falta de un plan de manejo adecuado de la Reserva Natural de Bacalar que abarca cinco hectáreas denominado parque ecológico, el cual es utilizado como balneario público, está sufriendo severo deterioro, en parte porque el agua busca recuperar su espacio hacia los manglares y por la afluencia de bañistas.

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El biólogo bacalarense Martín Mass Vargas, señaló que los últimos cuatro años, el agua de la Laguna de los Siete Colores está ganando a la orilla, al grado que queda poco espacio para los bañistas, a pesar que han colocado barreras improvisadas para evitar erosión de los bordes.

El avance del agua es evidente y de acuerdo al especialista el nivel del agua está recuperando su espacio que es a orillas de los manglares que hasta hace algunos años era de poco más de un metro, pero que actualmente dista de escasos centímetros, al grado que el avance de humedad, terminó por derribar unas palapas que se construyeron hace algunos años.

Martín  Mass Vargas, consideró como gravísimo error que esa reserva natural, una de las 11 que existen en el estado, sirva como balneario público, ya que no cuenta con los elementos necesarios para serlo, pues previo se tiene que llevar a cabo un estudio de manejo en el sitio que determine los recursos con que cuenta y lo que se puede utilizar.

Contaminación 

Su uso actual como balneario público sin ningún tipo de medida, está condenando a su deterioro, por la cantidad de personas que acuden, la basura que genera y la falta de baños, entre otros aspectos necesarios de tomar en cuenta.

Estudios realizados por el Laboratorio de Ecología Bacteriana de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señalaron algunos sitios, entre ellos este balneario, donde resulta imprescindible acondicionar baños móviles pues el hecho que las personas realicen sus necesidades fisiológicas dentro del agua, contribuye para que el agua se contamine de cianobacterias que pueden cambiar el color a verde de la Laguna de los Siete Colores.

El parque ecológico de Bacalar, consta de cinco mil 367 hectáreas y fue decretado el primero de abril del año 2011. Cada temporada vacacional es visitado por cientos de vacacionistas, principalmente por locales, ya que es uno de los sitios donde el pago de ingreso es más barato, a razón de tres pesos por persona. Es administrado por el ayuntamiento.