Claudia Martín/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- En lo que va del año, la Reserva de la Biosfera de Banco Chinchorro ha recibido a más de 600 buzos que han tenido la oportunidad de nadar con manatíes, delfines e incluso tiburones. Mientras que al Parque de Arrecifes de Xcalak han llegado 900.

De acuerdo con la directora de la reserva, María del Carmen García Rivas, en 2013 Chinchorro rompió récord con la presencia de 900 submarinistas, cifra que este año esperan rebasar.

“En Xcalak tuvimos una cifra también récord en 2012, con la presencia de mil 200 buzos. Este año llevamos 900 por lo que esperamos que en ambos casos podamos rebasar las metas. El que nos visita es un turismo sustentable que debe cumplir ciertos requisitos como evitar bloqueadores químicos, por mencionar un ejemplo”, detalló.

García Rivas señaló que para los pescadores agremiados a una cooperativa el turismo no está dentro de sus prioridades, porque le apuestan a la pesca de langosta. Sin embargo, hay quienes tienen los permisos para realizar los recorridos.

“Siendo un destino con gran belleza natural, año con año se va incrementado la popularidad del arrecife para realizar las actividades de buceo o snorkel, quienes nos visitan saben que es una reserva, un área de conservación natural, que les brinda la oportunidad de realizar actividades con delfines, manatíes y con suerte hasta tiburones. Son vivencias que se presentan pocas veces en las otras áreas naturales protegidas”, expresó.

La directiva indicó que los arrecifes se encuentran a una hora y 30 minutos aproximadamente de la costa, y brindan increíbles escenarios de coral y barcos hundidos que con el tiempo se han convertido en un maravilloso ecosistema con extensa biodiversidad de plantas y peces.

Lo rodea una gran barrera de coral de 20 metros de espesor, que permanece totalmente sumergida aunque casi a nivel de la superficie: sólo 60 centímetros median entre ésta y el manto de coral de dicho cinturón. Detrás de éste se forma una suerte de piscina de muy poca profundidad (de dos a siete metros) cuyo fondo es, en gran parte, arenoso y cuenta con una configuración coralina que forma una pared arrecifal con profundidades entre los dos y los ocho metros.