Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- Familias de al menos una veintena de comunidades rurales del municipio de Bacalar, se dedican a la producción de carbón vegetal para mejorar su economía, ante la escasa producción de maíz de sus parcelas.

Isaías Cantú Pisté, habitante de la comunidad de Huatusco, indicó que al menos 20 familias de comunidades aledañas se dedican a la producción del carbón vegetal en hornos improvisados, el cual comercializan al menudeo, como una forma de apoyar su economía.

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Destacó que la situación económica de las familias que habitan en las comunidades rurales es precaria, porque no cuentan con fuentes de empleo y tienen que buscar la manera de sobrevivir, “algunos cazando animales en el monte, otros racionando su escasa producción de maíz, otros mandan a sus hijos a las ciudades para que les ayuden”.

Dijo que hace dos años una familia de la comunidad de Río Escondido inició con el proyecto y con el paso de los meses se fueron sumando otras personas, al grado que actualmente son más de 20 familias que “cuentan con un dinerito seguro para solventar sus necesidades básicas”.

Señaló que la bolsa de dos kilogramos del producto lo comercializa al menudeo a 15 pesos en las cercanías, porque no cuenta con transporte para buscar mejor mercado; sin embargo, es un ingreso que contribuye a su gasto familiar.

(Javier Ortiz/SIPSE)

Indicó que uno de los principales obstáculos que presentan para dedicarse a la actividad, es el permiso que requieren ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), aunque dijo que varios de sus compañeros ejidatarios se encuentran en ese trámite para aprovechar los recursos maderables que desde hace 11 años yacen en sus parcelas, después que el huracán “Dean” los derribó.

(Javier Ortiz/SIPSE)

Manrique Rodríguez Ventura, secretario de la Confederación Nacional Campesina (CNC), señaló que los últimos dos años ha incrementado el número de familias (más de 80) que se dedican a la producción de carbón vegetal en hornos que ellos mismos elaboran.

Subrayó que se ha convertido en un aliciente para la deteriorada economía de las familias que habitan en el área rural, porque existe basto mercado de comercialización del producto.