Celebra el Ingenio San Rafael 40 años de moler caña de azúcar
Su capacidad es superior a los dos millones de toneladas pero no lo han logrado.
Carlos Castillo/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- El Ingenio San Rafael de Pucté, es catalogado entre los tres más grandes del país con una capacidad de molienda mayor a dos millones de toneladas de caña de azúcar durante un periodo de zafra.
Martin Barajas Linarte, secretario general del Sindicato Azucarero Sección 136, indicó que el ingenió cumplió 40 años de estar moliendo caña azúcar. Y solo la zafra pasada molió más de un millón 300 mil toneladas de caña durante los cerca de seis meses que duró la molienda, 2016-2017.
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Es decir, dijo, la fábrica molió 10 mil toneladas de caña por día, recibiendo más de 400 camiones diarios.
“Recientemente cumplimos 40 años, podemos moler dos millones de toneladas, pero nunca se ha logrado, solo poco más de un millón 300 mil toneladas, somos un ingenio prácticamente joven, pues existen fabricas con cerca de doscientos años de estar funcionando”, comentó.
Barajas Linarte señaló que siendo uno de los tres ingenios más grandes del país, produce cerca de 700 toneladas de azúcar estándar diariamente, brindando empleo a cerca de 400 personas durante cada periodo de molienda en diversas áreas, desde obrero hasta ingenieros en agronomía y físicos químicos, siendo la principal fuente de ingresos de toda la comunidad de Javier Rojo Gómez.
Benjamín Gutiérrez Reyes, líder cañero de la Confederación Nacional de Productores Rurales (CNPR), explicó que para el periodo de zafra 2017-2018, se tiene un estimado de cosecha de más de un millón 600 mil toneladas de caña; sin embargo todo dependerá del clima que prevalezca durante ese periodo de cosecha.
“Para ser un ingenio de 40 años, trabaja bien, a veces se detiene la molienda durante la zafra, por algunas fallas; sin embargo no dura más de dos días para que empiece a moler”, comentó.
En el marco del aniversario de la Fabrica del Ingenio San Rafael de Pucté reconoció que han aprendido a trabajar entre la empresa y los productores, sin tener apoyo alguno por parte de las autoridades locales y federales, pues todo se trabaja a través de un financiamiento que da la fábrica y que se descuenta de la misma cosecha de la vara de azúcar al productor.