Paloma Wong/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Chetumal tiene el único médico certificado en la Península de Yucatán para la atención de personas con autismo; tan solo en Quintana Roo hay un estimado de más de tres mil 400 pacientes.

José Caamal Osorio, presidente de la Fundación para Niños con Autismo y otros Trastornos del Desarrollo n el estado, informó que cada año la cifra de individuos con autismo incrementa, pues al año detectan de 150 a 200 nuevos casos, sin explicación alguna. A nivel nacional se estima que un infante por cada 150 nacidos

Sin embargo, la atención especializada para estos menores está limitada, ya que en la Península de Yucatán sólo existe un médico certificado por la Liga de Intervención Nutricional contra Autismo e Hiperactividad (Linca) para atender a las personas con esta condición de vida, al no poder denominarse como una discapacidad.

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“Son personas que ya están aquí y hay de cero a 19 años de edad. Sin presunción, son el único certificado por Linca, que hace certificaciones de médicos para que puedan atender a estos niños”, comentó.

Indicó que el autismo es un problema de salud pública que requiere de políticas públicas para enfrentarlo, pero por el momento son las agrupaciones civiles las que se hacen cargo de los pacientes con esta condición, pues hay de cero a 19 años de edad en atención.

Caamal Osorio dijo que pugnará porque la entidad tenga una maestría en autismo, a fin de capacitar a los médicos necesarios para la atención de estas personas.

Desconocen la causa 

El autismo no puede determinarse como una enfermedad genética o hereditaria, pues aún los especialistas desconocen la razón de su origen, sin embargo es un trastorno físico ligado a una biología y una química anormales en el cerebro.

Por esta situación no está catalogado como una enfermedad, sino como una condición de vida que padecen los individuos; para que pueda ser discapacidad debe demostrarse una etiología definida.

Lo confunden 

Este padecimiento en ocasiones es confundido por los padres de familia con el Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH); la diferencia es que el primero afecta el desarrollo cerebral normal de las habilidades sociales y de comunicación, mientras que en el segundo los menores están distraídos más no inquietos.