Claudia Martín/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- La Reserva de la Biosfera Banco Chinchorro es un ejemplo mundial del cuidado y conservación del medio ambiente, la pesca y el desarrollo turístico sustentable, los mismo que la Bahía del Espíritu Santo, localizada dentro de la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an.

De acuerdo con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), tiene una superficie de 144 mil 360 hectáreas, se ubica a aproximadamente 30.8 kilómetros de la comunidad costera de Mahahual y desde el 19 de julio de 1996 fue decretada como Área Natural Protegida.

Jaime Medina Flores, presidente del Consejo Asesor de Banco Chinchorro informó que cuatro años después de denominarlo ANP, se creó el programa de manejo con el objetivo de asegurar el equilibrio y la continuidad de los procesos evolutivos ecológicos, garantizando la compatibilidad entre el aprovechamiento y la conservación de los recursos naturales de Chinchorro. 

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“Los estudiosos describen a Chinchorro como un falso atolón que forma parte del Sistema Arrecifal Mesoamericano. Para nosotros, los pescadores,  Chinchorro es nuestro proveedor de alimento y sustento familiar, lo que nos obliga a protegerlo para las futuras generaciones”, dijo.

La veda por cinco años para el caracol rosado fue una de las estrategias de protección, a la par que se mantienen vedas de especies como langosta, mero y tiburón entre otras, con ello garantizan la época de reproducción.

“La principal actividad o la más popular además de la pesca, es el buceo por la diversidad de fauna marina que hay y lo espectacular del arrecife, aunque también hay navíos encallados que se han convertido en museos vivientes, entre otras actividades en contacto con la naturaleza”, señala Medina Flores.

La Bahía del Espíritu Santo se localiza dentro de la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an en la parte sur, por ser una zona baja no puede haber navegación, por lo que es rica en vida marina.

Las poblaciones más cercanas son Vigía Chico y Punta Allen, dentro de la reserva hay dos comunidades de pescadores Punta Herrero y María Elena entre ambos no llegan a 100 pobladores, todos viven de la pesca de langosta (de temporada) y escama, lo que les valió recibir el sello Marine Stewardship Council que reconoce la pesca sustentable de especies.