Confirman la creación de cuatro zonas de refugio pesquero

La entidad cuenta con 144 kilómetros de aguas territoriales protegidas contra las actividades extractivas.

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Pescadores de diferentes cooperativas se han comprometido a realizar una pesca responsable. (Archivo/SIPSE)
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Benjamín Pat/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- A partir de este mes, cuatro nuevas zonas de refugio pesquero se suman al Caribe mexicano, con el objetivo de permitir la reproducción y recuperación natural de especies marinas y mantener la productividad a largo plazo, informó la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

Dichos refugios se encuentran en la Bahía del Espíritu Santo y Banco Chinchorro, en la parte centro y sur de Quintana Roo, indicó la dependencia federal.

Con esto ya son más de 144 kilómetros cuadrados de aguas territoriales de la entidad que están protegidas contra actividades extractivas.

El pasado 12 de septiembre se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el acuerdo mediante el cual la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) estableció, con base al aval del Instituto Nacional de Pesca (Inpesca) y solicitud de pescadores de las cooperativas Andrés Quintana Roo, Banco Chinchorro, José María Azcorra y Langosteros del Caribe, cuatro zonas de refugio pesquero, que se sumarán a la Red de Refugios del Caribe Mexicano promovida por los socios dela Alianza Kanan Kay.

Con este decreto, más de 133 kilómetros cuadrados de ecosistemas marinos estarán protegidos, es decir, no se llevarán a cabo actividades de pesca comercial, ni de consumo de especies de flora y fauna acuáticas; además, la pesca deportiva-recreativa podrá realizarse en algunas zonas delimitadas por las cooperativas bajo la modalidad de captura y liberación.

De acuerdo con la Conanp, el establecimiento de esta red de zonas de refugio es resultado de años de trabajo de los pescadores de las cooperativas, cuyos integrantes se han comprometido a realizar una pesca responsable; además de colaborar con autoridades, investigadores y organizaciones de la sociedad civil, para seleccionar aquellas zonas dentro de su concesión pesquera con potencial para recuperar la pesquería de langosta y restaurar los ecosistemas marinos.

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