"Me detectaron el VIH cuando estaba por dar a luz a mi niño"

'Esperanza' trabaja como voluntaria en las campañas de concientización sobre VIH y Sida.

|
Las personas deben enfocarse a hacer algo que les guste, en otra cosa pero no en la enfermedad porque eso poco a poco va destruyéndote. (Contexto/Internet)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Daniel Pacheco/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- “Esperanza” es una mujer playense de 27 años. Está casada, es madre de un niño de 9 años,  participa en talleres, toma curso de autoempleo en donde ha aprendido sobre decoración para bodas, sabe hacer centros de mesa y además trabaja como voluntaria en las campañas de concientización sobre VIH y Sida.

También es ‘Seropositivo’, es decir, que es portadora del Virus de Inmunodeficiencia Humana con riesgo a desarrollar Sida. Sin embargo, afirma que junto a su pareja e hijo ha logrado encontrar una estabilidad emocional y física basada en el apoyo familiar e incluso se ocupa en actividades de bienestar social en la comunidad.

“A mí me detectaron el VIH cuando estaba por dar a luz a mi niño. Antes del parto me hicieron los exámenes y dijeron que estaba enferma. Estaba en shock y no sabía qué hacer y ya con el tiempo vas asimilando todo lo que sigue el proceso y todo” recuerda mientras aprieta las manos.

También te puede interesar: Multan con $18 mil a negocio por vender cervezas a un niño

Sin embargo, afirma que su actual pareja no tiene este padecimiento y que gracias a la detección a tiempo de su condición, se logró evitar que su bebé se contagiara también, permitiendo a los médicos implementar el procedimiento adecuado durante el alumbramiento.

"Me detectaron el VIH cuando estaba por dar a luz a mi niño. Antes del parto me hicieron los exámenes y dijeron que estaba enferma"

La razón de que su sangre registrara el virus venía de más atrás en la historia, pues recuerda que previamente estuvo viviendo con otra persona con la que vivió desde los 18 años sin saber él tenía prácticas de riesgo como la infidelidad, que no solo le implicaría un corazón roto, si no también un riesgo que la puso entre la vida y la muerte.

“Después de que nos separamos yo no supe nada de él, hasta que me enteré que había muerto pero ni supe porque. Cuando me diagnosticaron pregunté y sus familiares me dijeron que había muerto de Sida, entonces entendí que él me había contagiado”, explica ‘Esperanza’, mientras se toma un tiempo para recordar esa etapa en su vida.

Ante la situación extrema, reconoce que la depresión comenzó hacerla presa, sin embargo destaca que el recordar que tenía una nueva vida bajo su cuidado, le proporcionó una perspectiva clara para sostener con certeza el futuro que quería para ella y su nuevo proyecto de familia. 

Falta de apoyo 

“Lo más triste que recuerdo en esos días fue que por parte de los médicos no tuve apoyo. Al principio te hacen a un lado como si fueras un bicho raro. Ahorita el doctor como que ya está más consciente de lo que es esta enfermedad, pero antes no” acusa.

Señala que el tratamiento de retrovirales se lo dieron hasta después de dos años de haberle detectado la enfermedad, que se demoraron ese mismo tiempo en darle la carga viral del examen Western Blot por parte del doctor del Hospital General de Playa del Carmen, incluso que no lo quería entregar ni a ella ni a su mamá.

 “En esos momentos mi esposo me apoyó y nunca me ha hecho menos. Al contrario siempre está conmigo, su actitud siempre ha sido amorosa, lógico que tenemos ahora precaución para prevenir”, dice sonriendo. 

El pensar en ello le recuerda que llevan viviendo juntos 10 años formalmente, pero explica que fueron novios desde antes, cuando eran adolescentes justo a los 12 años, aunque admite que la inmadurez de la edad los separó y cada quien hizo su vida por caminos diferentes para encontrarlos en un momento de vida determinante.

Afirma que de acuerdo a las pruebas de sangre que se le realizan cada 6 meses a su esposo, los resultados son negativos, aunque mantienen los cuidados necesarios cuando están juntos.

“Tomando los medicamentos tengo una vida normal y sana, solamente tener la precaución con mi pareja y algunos detalles pero de ahí en fuera todo es normal. Puedes convivir, la mayoría de mi familia lo sabe y todo bien” celebra mientras toma un descanso durante una campaña de pruebas de detección rápida del VIH-Sida en Playa del Carmen.

Al cuestionarle sobre su expectativa de vida responde casi instantáneamente que lo primero que piensa es en ver crecer a su hijo hasta donde pueda, pasar el mayor tiempo posible con él.

“Él todavía no sabe de lo que tengo. Sabe que estoy enferma y que tomo medicamente pero no sabe de qué, pero eso sí, siempre está al pendiente de que me los tome a mis horas” remarca la activista.

Mensaje a los demás 

Al hablar sobre el mensaje que le gustaría compartir a las personas que estén viviendo una situación similar a la suya destacó la importancia de la prevención y que en el caso de tener el VIH o Sida recalcar que no se enfoquen en la enfermedad porque eso ayuda a su avance.

“Deben enfocarse a hacer algo que les guste, en otra cosa pero no en la enfermedad porque eso poco a poco va ayudándola a acabarte más rápido. Por eso decidí entrar como voluntaria y he tenido buenas experiencias como malas, desde ver a personas que lo superan con sus familias hasta morir a gente cercana”

Dolosa infidelidad 

“Las familias deben de tratar de comprender y no juzgar. Lo típico de que la enfermedad se tiene porque uno se lo busco está mal, hoy en día las más afectadas son las amas de casa por la infidelidad de los maridos y ellas no tenían la culpa” finalizó ‘Esperanza’.

Lo más leído

skeleton





skeleton