Martínez/González/Orozco
TULUM, Q. Roo.- Desde temprana hora, turistas locales, nacionales y extranjeros acudieron a Tulum, que después de Veracruz, con la Cumbre Tajín, y Yucatán, con sus zonas arqueológicas, como Chichen Itzá y Dzibilchaltun, es uno de los lugares más visitados en todo el país para celebrar el inicio de la primavera, pues cautivan a los visitantes por sus ruinas milenarias que deslumbran los amaneceres y las puestas de sol.

Con más de dos mil turistas que visitaron el lugar el día de ayer, para acezar pagaron 64 pesos mexicanos, y las puertas que están abiertas todos los días de la semana, se puede encontrar un estacionamiento que a pesar que tiene un costo de 50 pesos brinda los turistas un mejor acceso sin preocuparse donde dejar su vehículo.

Durante el trayecto desde la entrada principal a la zona arqueológica que es de 1 kilómetro, los visitantes prefirieron hacerlo caminando, pues existe a su disposición un pequeño transporte en forma de tren, ya que es un tractor que tiene pequeños vagones que atraen a las personas para treparse y llegar al lugar.

Muchos de los visitantes esperaban ver ceremonias por el día, sin embargo el llegar y descubrir que detrás de las ruinas se encuentra el claro azul del mar compensaba todo lo que esperaban, pues son playas que sus ojos no paraban de contemplar, pues es de las cosas más bellas de la naturaleza.

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Rituales mayas

Fue desde las 9:30 de la mañana cuando un grupo de personas se congregaron en las inmediaciones de playa Caribe, justo frente al Portal Maya, para iniciar el primer ritual maya, el cual fue dirigido por el sacerdote del centro ceremonial de la Cruz Parlante,  Juan Bautista Che.

El evento fue organizado por integrantes del Centro Cultural y por la coordinación de Ciudades Educadoras; de acuerdo con Hermelindo Be Cituk, encargado de Culturas Indígenas, se trató de una ceremonia ligada con creencias mayas y sincretismo cristiano. Esta ceremonia reunió a más de 50 personas, niños principalmente.

Otra ceremonia de bienvenida de la primavera y su equinoccio se suscitó por la tarde y tuvo una duración de casi una hora, se trató de un ritual dirigido por el sacerdote maya, Luis Nah, el cual tuvo lugar en la colonia Luis Donaldo Colosio Murrieta.

Alrededor de 30 personas reunidas en el centro filosófico Hambaj Ka an, dieron la bienvenida a la primavera; en la parte más alta del recinto, la música, flores y el copal eran los elementos que inundaron el ambiente, el cual estuvo acompañado de una constante oración pregonada en todo momento por la figura de Luis Nah.