“Siempre supe lo que quise hacer, sabía que lo mío era la ropa”

Cristina Ponce de León, especialista en el diseño de prendas para practicar yoga.

|
Cristina Ponce de León, especialista en el diseño de ropa para practicar yoga. (Consuelo/Javier)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Lara Alfaro/SIPSE

CANCÚN, Q. Roo.- Con 35 años dedicados a la costura, Cristina Ponce de León, se ha reinventado con cada línea de ropa que ha sacado al mercado, actualmente cada puntada está dirigida a vestimenta para el yoga, disciplina que descubrió hace cinco años y en la que consiguió un mercado muy productivo.

Originaria del Distrito Federal, estudió durante tres años en la primera escuela privada de diseño de modas de su tierra natal, y sus pasos iniciales fueron en dados con los trajes para fiestas formales y cocteles, muy usados en la capital.

“En el DF la gente tiene un código de vestir diferente y estaba especializada en alta costura, durante años trabajé con bordados, seda, gazas, luego por motivos familiares vine a vivir a Cancún, eso fue hace 17 años, y llegué a una ciudad, donde luego de nueve años, fui madre nuevamente”.

También te puede interesar: Busca Cancún atraer al turismo holístico

A sus 40 años, Cristina tuvo a su tercer hijo, lo que fue un cambio total, por estar nueva en la entidad tuvo que reinventarse y pasar de la seda al algodón, diseñando ropa de playa como  pantalones, blusas, faldas y túnicas, que eran vendidas en Isla de Mujeres.

“Fue una época muy linda, pasaba mucho tiempo en la playa y mi mayor clientela era la comunidad norteamericana, establecida en esa zona, pero luego de dos años, por petición de mis clientes volví al glamour de diseñar trajes para fiestas”.

Afición por la costura 

Desde los ocho años, recuerda Cristina que sentía afición por la costura, nadie en su familia se dedicaba a dicha labor, pero cada vez a que le regalaban un pedazo de tela, pasaba horas confeccionados vestidos para sus muñecas.

"Siempre supe lo que quise hacer, sabía que lo mío era la ropa".

“Siempre supe lo quise hacer, sabía que lo mío era la ropa,  hasta ahora sigo jugando con las telas, son mi mayor debilidad, mi adicción, no puedo resistirme a ellas, al entrar a una tienda de telas el olor me reconforta”.

 Hace cinco años le dio otro giro a su línea, al empezar a practicar Yoga se dio cuenta de la carencia de vestimenta para esta disciplina y detectó un mercado potencial.

“Cuando iba a las clases vi que la gente no usaba ropa cómoda, así que hice mis patrones, y empecé a coser piezas para yoga, ahora tengo pantalones, playeras, shorts, faldas, bolsas y portamat, me siento muy cómoda diseñándolas ya que me identifico con ellas”,  agregó. 

Durante años Cristina ha sabido comercializar su marca Caracola Kun, y tiene como reto ampliar su línea de yoga al fabricar para hombres, además de seguir mercadeando sus productos a nivel nacional, tanto en ferias como por las redes sociales.

“Gracias a mi hija, que es mi motor y mi mejor crítica, he aprendido sobre tecnología y el uso de internet para las ventas, es una gran herramienta, que espero seguir conociendo para expandirme internacionalmente”.   

Lo más leído

skeleton





skeleton