Por Rafael R. Deustúa

El cine es un acto de ilusionismo muy elaborado que nos lleva a creer que algo existe, aunque sea por un rato. La labor del director es mantenernos tan entretenidos que no vemos los hijos, espejos y demás trucos baratos que sumados crean un mundo de maravilla; pero si nos distraemos o aburrimos no sólo el truco es obvio, en efecto dominó surgen cada vez más fallas y errores. Sí, eso ocurre en “Divergente: Leal” y da al traste con la serie.

Luego de la ejecución de Janine es Evelyn, la madre de Cuatro, la nueva líder de la vieja Chicago pero actúa como una dictadora, por lo que la situación está igual o peor que antes. Tris y sus incondicionales deciden averiguar que hay mas allá de los muros que les rodean y se topan con una base científica cuyo líder, David, es el villano que les hacía falta.

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Si el resumen de la trama suena incompleto es porque el guión de la película también lo es. Al dividir en dos el tercer libro de la serie, que apenas daba para una película los guionistas agregaron rellenos pero no supieron disimularlos o enriquecer la historia. Quieren dar interés al “explicar” la historia de ése universo, pero solo aburren y confunden.

Tan pobre es el relato que el director Robert Schwentke, que hizo algunos malabarismos interesantes en “Insurgente”, no logra mantener el interés con lo que la audiencia empieza a ver tras bambalinas, a reirse de errores obvios o de humor involuntario. Tratar de justificar su universo también solo ayuda a que se vea más falso y eso quita credibilidad al intento de moraleja que trata de dar la serie.

Parte del problema es tratar de transformar a su protagonista, la guerrera Tris en una especie de diplomática de vestido aseñorado y alejarla de “Cuatro”, cuando era la interacción con él de las pocas cosas que mantenían interés por la serie. De hecho parece que Shailene Woodley y Theo James perdieron interés por sus personajes.

Del resto del reparto destaca Miles Teller pero más por el recuerdo de “Whiplash”. Jeff Daniels es desperdiciado, mientras que Naomi Watts, Zöe Kravitz, Maggie Q, Ansel Elgort, Mekhi Phifer y los demás apenas tienen material para trabajar.

El diseño de producción de la base científica es demasiado fantástico, al grado de caer en lo humorístico y los efectos especiales en general no convencen.