Ernesto Neveu/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- La presencia del Ejército mexicano en Quintana Roo está estrechamente ligada a la historia de fenómenos naturales que cada año amenazan a la entidad y que, de vez en vez, han azotado con violencia a la población, para lo cual las fuerzas armadas, previendo cualquier contrariedad, instalan el Plan DN III-E o plan de auxilio a la población civil en casos de desastre.

Tomando como punto de partida el año 1974, cuando inicia la historia constitucional de Quintana Roo, el ciclón “Carmen” barrió con el territorio estatal desde Xcalak hasta Cancún. Lo mismo sucedió en 1988 con el huracán “Gilberto” y el Ejército mexicano ya participaba de las tareas de evacuación y rescate en costas, y zonas rurales de Quintana Roo.

El huracán “Mitch”, 10 años después, amenazaba con arrasar con la capital del estado, pero en un inesperado cambio de dirección salvó al estado de un nuevo desastre. La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) estaba preparada para lo peor y lista para intervenir. Para la primera década del nuevo siglo, “Stan”, “Emily” y “Wilma”, en 2005, y luego el huracán “Dean” en 2007, demandaron de las fuerzas castrenses su permanente intervención para el traslado de gente, evacuada de las costas y zonas de riesgo de inundación.

Los mismo sucedió entre el 2009 y el 2012, con huracanes de baja intensidad como “Ida”, “Paula”, “Rina” y “Paul”, aunque “Ernesto” sí demandó la intervención del Ejército para las labores de evacuación y resguardo de los refugios anticiclónicos.