Ejidatarios de Morocoy, en el municipio de Othón P. Blanco instalaron desde este lunes una caseta de cobro improvisada, en busca de que Dzibanché y Kinichná, ubicadas en la zona, dejen recursos para la localidad.

La decisión la tomaron luego de que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) les ha dado largas a la petición de proporcionarles una cuota por cada turista que ingresa al lugar.

Hasta antes de la pandemia, todas las zonas arqueológicas en Quintana Roo recibían alrededor de 3.2 millones de visitantes cada año. En 2020 apenas alcanzaron un millón, mientras que el año pasado llegaron a casi 1.5 millones.

En el caso específico de Dzibanché-Kinichná, en 2021 fue visitado por nueve mil 168 personas y otras mil 297 durante enero de este año. Antes de la crisis sanitaria reportaba más de 21 visitantes al año.

José Quezada Torres, presidente del Ejido Morocoy informó que la zona arqueológica se ubica dentro del perímetro ejidal, y ante los “oídos sordos” de la delegación del INAH en la entidad, el núcleo agrario decidió instalar la rústica caseta de cobro.

El costo que los ejidatarios cobran para acceder a la zona arqueológica es de 50 pesos por turismo nacional y tres dólares al internacional.

Ejidatarios cobran cuota a turistas para ingresar a zonas arqueológicas

Margarito Molina Rendón, delegado del INAH en Quintana Roo, lamentó la situación, porque definitivamente pone en riesgo la continuidad de la llegada de turistas a esa zona arqueológica, la cual, en realidad no representa una importante afluencia de visitantes con boleto pagado.

Expresó que del total de personas que ingresan al sitio, el porcentaje de quienes pagan y no es de 80-20%, que en promedio son unos 120 pesos, entre ingreso y estacionamiento, pero ahora con lo que pretenden cobrar los ejidatarios, la suma aumentará.

Dicha situación, afirmó puede ahuyentar a los turistas que van por su propia cuenta o a los touroperadores que llevan a los turistas.

Precisó que el INAH siempre está dispuesto al diálogo, por lo que vía oficio ya invitó a los integrantes del núcleo agrario a iniciar una mesa de diálogo y negociación mañana miércoles a las 10:30 de la mañana.

Añadió que desde hace tres años se tuvo el primer acercamiento referente al tema con los ejidatarios, pero por la pandemia se suspendió el diálogo.

Dijo que hasta antes de la pandemia, los ejidatarios querían que la empresa de llevar turistas pague dos dólares por cada uno de ellos, y se hizo el contacto con los representantes, a pesar de no tener nada qué ver con la empresa, pero la pandemia suspendió las negociaciones.

Otra situación que conoce el INAH es el de un parcelero, quien pide se compense el uso de la parcela donde los autobuses dan la vuelta en el sitio, situación que sí compete al INAH, pero el instituto nunca se ha negado a negociar.

Enfatizó que el INAH siempre ha sido un aliado del ejido, desde el inicio de los trabajos en la zona arqueológica, por lo que confió en que los representantes del núcleo agrario acudan a dialogar mañana miércoles.

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