‘El Olvido’ será recordado por la destrucción que ha ocasionado
Potreros, pastizales, milpas, cercas y apiarios fueron arrasados por el fuego.
Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- Potreros con extensas superficies de pastizales quemados, cerca de propiedades convertidas a cenizas, milpas siniestradas y apiarios que fueron arrasados por el fuego, son las consecuencias que hasta el momento ha dejado a su paso el incendio “El Olvido”, que se originó de una quema agrícola en el ejido Río Escondido y que ha avanzado tres mil 100 hectáreas.
De acuerdo a los ejidatarios, todavía faltan 25 días de riesgo, que son los que consideran continúe la sequía, de modo que mientras siga vivo un pequeño tizón, representa un peligro latente que puede mantener activo el siniestro, en virtud de las condiciones de intenso sol, hojarasca seca, fuerte viento por las tardes y la falta de lluvias, que es lo que no ha permitido que se extinga por completo, a pesar que llevan casi un mes con esta ardua tarea.
Ángel Hernández Romero, comisariado ejidal de Río Escondido, señaló que por lo pronto, llegaron a un arreglo con Cirilo Salmerón Salgado, un veterano ejidatario, que por descuido, ocasionó que el fuego se propague, pues realizó su quema agrícola, a pesar de la advertencia de la autoridad.
Además que por espacio de varias horas abandonó la zona, cuando se percató que las llamas se habían apagado. Lo que causó que se propague rápidamente, ganando al esfuerzo humano con que contaban en esos momentos.
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Más daños
Dijo que se acordó reparar en parcialidades los daños ocasionados a los ranchos agropecuarios y ganaderos que hay en la zona. En su caso, consideró que su cerca de madera sufrió daños por 10 mil pesos, sin embargo, acordaron en asamblea, la reparación del mismo en parcialidades, “tomando en consideración la situación económica del compañero ejidatario”, indicó.
Aunque no todos estuvieron conformes, como Daniel Pérez Arena, secretario del mismo núcleo ejidal, quien teme perder su producción de miel, que había comprometido a la cooperativa de la comunidad de David Gustavo. Se le quemaron dos colmenas, con valor de mil 300 cada uno y el referido, sólo accedió pagarle mil 500 por todo el daño.
Su principal temor, dijo, es la pérdida total de su producción, pues con el incendio, se quedaron sin polen las abejas, “eso no lo tomaron en cuenta”, subrayó. Por esta misma situación, varios apicultores de poblaciones circunvecinas como Altos de Sevilla, movieron sus apiarios hacia otros lugares donde no resulten afectados. “La actividad apícola fue de las más dañadas”, insistió.
El principal temor que comparten los ejidatarios, es que sean vetados para recibir apoyos en los diferentes programas que lleva a cabo el gobierno federal, por los próximos cinco años, en caso de que el siniestro afecte algún otro ejido.
Por ello, voluntarios civiles se han sumado a la tarea de combate, pues las llamas ya consumieron alrededor de tres mil 100 hectáreas de superficie, principalmente de lo que ellos conocen como “helechal” y huano y continúa avanzando hacia la mensura del ejido de Huatusco. De acuerdo a los mismos representantes del ejido Río Escondido, se encuentra a 800 metros de esa línea divisoria.
Los cerros con ceniza y troncos quemados, dan cuenta de la magnitud del daño que dejó a su paso el incendio. Brigadistas de la Conafor, que mantienen su campamento en la comunidad de Río Escondido y los mismos voluntarios, afirman que las llamas continúan avanzando y el peligro se mantiene latente, en tanto no cambien las condiciones atmosféricas, pues todo se presta para que se mantenga vivo. Consideran que con un tractor V8 o V10, se podría cercar y extinguirlo en menor tiempo.