Paloma Wong /SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Desde los 18 años de edad, Juvencio Renato Leonor Jiménez cambió la docencia por convertirse en artesano, lo que le ha permitido sostener a su familia, e incluso ha sido el impulso directo de cuatro familias más, a quienes les ha dado un empleo para sustentarse, sin contar los que son indirectos. Como artesano de la madera, lleva 30 años, aunque el principal reto a vencer es ingresar al mercado, que es lo más difícil de lograr.

A Don Renato, como es conocido, le empezó el gusto por elaborar artesanías antes de los 18 años de edad, pues su familia se ha caracterizado por realizar diferentes esculturas en madera y piedra. Una pieza como un delfín o un manatí de 10 centímetros le lleva de dos a tres horas realizarlo, aunque al iniciar con los trabajos son series de 10 a 15 piezas.   

Comercializar, el reto

Su producto es comercializado desde hace 10 años en algunos parques temáticos del Estado, que han tenido buena aceptación por parte de los turistas, aunque el ingreso al mercado no fue nada fácil. El problema es generalizado, ya que cada artesano, independientemente del material que utilice, lo que le preocupa es la comercialización, en primera porque abaratan la mano de obra. 

“Nos fue un poco difícil entrar al mercado, pero ahora le trabajamos al grupo Xcaret, Xel-Há, Xplorer, Cenotes, Xplor, Xoximilco Park, aunque para dejar las piezas tenemos que adaptar al producto que requiere cada tienda, hasta ahora nos ha funcionado porque poco a poco hemos ampliado nuestro mercado. 

Negocio familiar

Leonor Jiménez dio a conocer que su esposa, Lucero González Palafox, también se dedica a las artesanías, ya que además de ser la encargada de las Relaciones Públicas del negocio familiar, elabora bisutería con semillas, e incluso, imparte cursos sobre su trabajo en comunidades rurales.