'Olvidan' a sus familiares en el pantéon de "Los Álamos"

Los originarios de Yucatán destacaron que hace 30 años el cementerio lucía cubierto de flores en estas fechas.

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Al interior, se encontraban apenas cinco familias. (Consuelo Javier/SIPSE)
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Rubi Velázquez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Sentimientos encontrados y diversas muestras de cariño son las que se vivieron ayer en el panteón “Los Álamos” de Cancún, a pesar de su poca afluencia. 

Elementos de la Secretaría Municipal de Seguridad Pública y Tránsito a bordo de la unidad 5419, quienes resguardaban el lugar, comentaron que desde las ocho y hasta las 14 horas de ayer, la afluencia de personas era escasa, alrededor de 50 familias.

Para la familia de comerciantes del único puesto de flores colocado frente al cementerio, las ventas no fueron las esperadas respecto a otros años, ya que a cuatro horas de que el lugar cerrara, aún contaban con dos botes de 20 litros llenos de “nube” y cempasúchil.  

“De verdad me sentía mal de no acudir y hacerles a mis padres lo mismo que la mayoría de las familias aquí, dejar el lugar en el que descansan el completo abandono”

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Al interior, se encontraban apenas cinco familias, una de ellas, integrada por tres personas de apellidos Dolores Balam, dejaron flores para cuatro de sus seres queridos que compartían espacio en una misma tumba.

Los originarios de Yucatán destacaron que hace 30 años, el cementerio lucía cubierto de flores en estas fechas, pero mientras gente llegó a Cancún, las visitas de los familiares fue ron escaseando.

Por su parte, limpiando la tumba de sus padres se encontró a Rita Matu Mech, quien afirmó cada mes, desde hace 20 años, limpia y lleva flores o veladoras a la tumba de sus padres, pero que debido a la carga de trabajo de las últimas semanas, tenía tres meses que no visitaba el cementerio.

“De verdad me sentía mal de no acudir y hacerles a mis padres lo mismo que la mayoría de las familias aquí, dejar el lugar en el que descansan el completo abandono”, comentó Matu Mech.

Dijo que tiene la intención de regresar mes con mes, y solicitar que de vez en cuando algún párroco bendiga las lápidas.

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