A días de dar a luz, Flor recibió una noticia que cambiaría su vida, su esposo salió positivo a VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana),  ella debía actuar rápido, someterse a una cesárea y rogar a Dios que su bebita naciera sana.

Enojo, frustración y desinformación es lo que la rodeaba durante las siguientes horas a la noticia, su esposo estaba internado por defensas bajas que lo llevaron a diarreas constantes. Ella debía ser fuerte e informar a su familia que no sería parto natural como lo habían planeado y que su hija debía nacer semanas antes de lo previsto.

En ese momento, Flor se preguntaba cómo había contraído su esposo el VIH, si ella también daría positivo y lo más importante cómo proteger a su bebé.

A sus 29 años de edad, la noticia era como una pesadilla de la que tarde o temprano despertaría y comprobaría que todo estaba bien, sin embargo eso no ocurrió, ella también salió positivo a VIH.

Tres meses después de dar a luz a una bebé completamente sana, ella se enfrentó a una infección en la piel también desencadenada por enfermedades venéreas y que la mantuvo en depresión por años.

Estuvo con la mitad del rostro carcomido y muchas veces sin tomarse el medicamento al pie de la letra, por creer que ya no había nada porque luchar y sobretodo alimentando el resentimiento hacia su pareja, esa persona que nunca respetó su amor.

"Él lo sabía, sabía que tenía VIH y por miedo a que yo lo dejara nunca me dijo nada, hasta que me contagió y puso en riesgo a mi hija".

Hoy después de 18 años de vivir con el diagnóstico positivo, Flor es indetectable, esto quiere decir que su tratamiento lo lleva al pie de la letra, al igual que una dieta saludable y esto le garantiza una vida plena, sí, llena de cuidados y medicamentos, pero disfrutando de cada día al lado de su hija.

Su esposo siguió contagiando de VIH a otras personas

Durante años le aplicaron estudios a su hija para corroborar que no se viera afectada por el VIH, "gracias a Dios, mi hija está sana".

Respecto al papá, Flor comenta que él murió este año y a pesar de saber el gran dolor que le causó a su familia, siguió hasta sus últimos días con una vida de excesos y dejando a su paso a más personas contagiadas.

Flor sabe de la existencia de otra mujer y un hijo más, ambos también afectados por el VIH y todo por culpa de lo que ella llamó  "el machismo de mi marido".

Flor es parte de la asociación Aprendiendo a Vivir con VIH y SIDA desde hace más de 10 años, ahí ha recibido atención psicológica y terapias ocupacionales, pero lo más importantes es que le han enseñado a celebrar la vida y cuidarse para que tenga una muy larga, llena de alegrías junto a su hija.

Flor es una de las más de 8 mil personas en tratamiento

Hasta el primer semestre de este año, Quintana Roo tenía un estimado de 8 mil 946 personas en tratamiento por VIH y Sida, de acuerdo con una proyección realizada por organismos civiles con datos proporcionados por Insabi, IMSS e Issste.

Las asociaciones civiles se han dado a la tarea de reunir datos que sustenten la necesidad de que Quintana Roo cuente con su propia Ley para personas con VIH y Sida, propuesta que ya han pasado a la comisión de salud del Congreso del Estado.

Ya son cuatro los estados que cuentan con su propia Ley para ese sector de la población, el más reciente es Oaxaca.

Alejandra Lara Hernández, titular de Aprendiendo a Vivir con VIH y Sida recalcó la necesidad de que desde la ley se trabaje para garantizar los derechos humanos de este sector, mediante apoyo multisectorial de las instituciones.

Egdar Mora, presidente de Circulo Social Igualitario aseguró que cada seis meses, los organismos civiles alimentan la base de datos para mantener las cifras siempre actualizadas.

De acuerdo con lo anterior, la proyección es de 4 mil 155 personas atendidas por parte de Insabi, 4 mil 336 en el IMSS y 455 en el Issste. El total estimado es de 8 mil 946 personas atendidas con VIH y Sida en Quintana Roo.

Programa de atención de VIH desarticulado

Indicó que el programa de VIH a nivel estatal ha estado desarticulado y requiere una coordinación real con cada de una de las jurisdicciones sanitarias, además de motivar a que el trabajo sea en conjunto con los municipios.

“Nos hemos enfocado en la detección pero también se debe atender el ámbito de discriminación, y así evitar por la vía legal que se evidencie el estado de salud de quienes viven con VIH o Sida”, indicó.

Concluyó que es necesario darle certeza al Consejo Estatal para la Prevención del VIH y Sida (Coesida) para que esté dentro de una ley y así poder contar con un reglamento, ya que este último, forzosamente debe emanar de una ley.

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