Gestan proyecto de energía alternativa en caso de huracán
Investigadores consolidan una propuesta para hacer frente a la falta de electricidad durante un desastre natural.
Esmeralda Espinoza/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Cinco instituciones dedicadas a la investigación en México, incluido el Instituto Tecnológico de Cancún (ITC) y la Universidad de Quintana Roo (Uqroo), consolidan el proyecto de energías alternas para hacer frente a la falta de comunicación y electricidad en desastres naturales, principalmente huracanes.
A escasos metros del laboratorio de Energía y Medio Ambiente del ITC hay un remolque que está siendo equipado con paneles solares, generadores eólicos y celdas de combustible a las que aplican unidades de alcohol y con la ayuda del viento y los rayos del sol, generan energía eléctrica.
Aunque por el momento es un proyecto piloto, el área de investigación ha probado la efectividad del servicio al iluminar todo el laboratorio mediante la utilización de energía alternativa.
Con este sistema, las unidades de apoyo como bomberos, Protección Civil, así como organizaciones de beneficencia social, podrán dar servicio a los damnificados que están en las zonas más afectadas por el paso de meteoros para que conecten radios y recarguen la batería de sus teléfonos para comunicarse y no haya penurias y angustiapor la ausencia de energía mientras pasa el fenómeno, o por lo menos cuando la energía eléctrica sea restablecida.
Ivonne Iliana Alonso Lemus, investigadora de tiempo completo del ITC, explicó que este proyecto nació recientemente gracias a la vinculación que existe con otras cuatro instituciones: el Instituto Tecnológico de Chihuahua, el Centro de Investigaciones Eléctricas de Cuernavaca Morelos, el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) y la Uqroo.
Cada institución aporta algo al proyecto, por ejemplo el CICY desarrolla las celdas solares, el Tecnológico de Chihuahua se encarga de toda la parte electrónica, el ITC del ensamble de todas las partes mediante la aplicación de conocimientos de ingeniería y así cada institución pone su “granito de arena”.
“Nosotros básicamente nos encargamos de dar la fuerza estructural al vehículo, montarle el generador eólico y ver si todo estará operando perfectamente manualmente o si requiere de un dispositivo para elevar los paneles solares", abundó Alonso Lemus.
Pero el fuerte de la institución educativa es la síntesis de materiales nanoestructurados que sirven para la creación y recarga de baterías.
“Este es un proyecto en el que todos estamos poniendo nuestro esfuerzo y afortunadamente el sol y el viento nos ayudarán a generar más energía eléctrica, lo que es la mejor ventaja ya que el funcionamiento será indefinido”, aseguró.
Una vez presentado el proyecto por las cinco instituciones a nivel nacional, pretenden transferir todo el proyecto a alguna empresa que esté interesada en comercializarlo y venderles la idea para patentizarla y que llegar a ser utilizadas de manera sustentable, que es el objetivo principal que persiguen.
Los costos de los proyectos varían pero de inicio las inversiones son de varios millones de pesos, sin embargo, conforme hay avances en la ciencia, los costos se minimizan, uno de los objetivos de este tipo de proyectos para que en un momento de crisis lleguen a la mayoría de la población y no a unos cuantos.