Jets Lu’um, ritual para calmar la tierra y detener los accidentes
La oración se llevaría a cabo en un tramo carretero de Felipe Carrillo Puerto.
Agencias
FELIPE CARRILLO PUERTO, Q. Roo.- Dignatarios mayas del centro ceremonial de la Cruz Parlante manifestaron que es momento de un Jets Lu'um (oración para calmar la tierra), para pedir que disminuyan las tragedias en un tramo carretero de Felipe Carrillo Puerto.
De acuerdo con Notimex, señalaron que ante la alta incidencia de accidentes vehiculares, es preciso hacer un alto en el camino y empezar con este tipo de acciones de respeto a la tierra, sobre todo porque se trata de un punto importante de la cultura maya en Yucatán.
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El capitán del Santuario, Román Baas Chac, consideró importante que los representantes mayas deban solicitar, al gobierno, que se les permita construir una capilla en las afueras de la ciudad.
Para que ahí se localicen las tres cruces que representan a la viva cultura maya y de esa manera la Santa Cruz proteja a todas las personas que transitan por esta zona.
También mencionó que se tiene una creencia en que cada trabajo que se realice hay que pedir el permiso de los dioses para que una labor o acción prospere porque tanto la selva, las milpas y todo en el universo es de Dios y hay que encomendarlas.
Hay que calmar la tierra
Por su parte, el juez tradicional, Edilberto Chablé Catzin, dijo que todo lo que ocurre en la carretera representa un llamado de que es necesario llevar a cabo el Jets Lu'um, (calmar la tierra) y un ofrecimiento a Dios.
Puntualizó que se trata de una ceremonia muy importante para pedir gracia a Dios y para que todo lo que ha provocado esos accidentes se aplaquen y se pueda transitar con paz y tranquilidad.
“Mucha gente desconoce lo que pasa en la zona, pero la realidad es esa y tanto a los dueños del monte como de los caminos hay que respetarlos y a veces eso no se hace”, puntualizó.
Aseguran la prosperidad
Chablé Catzin explicó que el Jets Lu'um, significa "calmando la tierra", que se realiza para asegurar la prosperidad de algún rancho, y se efectúa cada tres años o cuando el ganado sobrepasa las cuarenta cabezas.
Abundó que a través de él se pide a los señores del monte su protección para evitar los malos aires que según la creencia podrían dañar la tierra y a quienes en ella habitan: hombres y animales.