Katya Vega presenta sus vivencias a través de un libro
La comediante perdió la vista y escribió su primera obra titulada “Nunca Hubiera".
Jocelyn Díaz/SIPSE
CANCÚN, Q.Roo.- La comediante Katya Vega, quien perdió la vista hace cuatro años, encontró en el Stand Up Comedy una manera de enfrentar la fatalidad, burlándose de su condición y de los clichés que la rodean, ahora escribe su primer libro titulado “Nunca Hubiera” en el que expone sus vivencias y la manera en que afrontó el impredecible cambio y que será presentado en la Ciudad de México el próximo 6 de abril.
Katya Vega es una joven que en 2012 comenzó a sentirse cansada, se desmayaba cinco veces al día, manejaba su automóvil chocando contra las banquetas porque empezaba a nublarse su vista; después de consultar con varios especialistas resultó tener síndrome de Cogan.
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En tan sólo tres días, el mundo de Katya había cambiado por completo y en vez de dejarse caer y provocar lástimas, decidió salir adelante y después de asistir a un show de comedia decidió tomar un taller y ahora es toda una ‘estandopera’ que toma su situación como rutina de chistes.
Ahora, Katya comparte sus vivencias a través de “Nunca hubiera” que se presentará en la librería del Fondo de Cultura Rosario Castellanos y estará acompañada por Arturo Flores, editor de Playboy México, autor de varios libros y también ‘estandopero’, quien escribió el prólogo de su libro, aquí un fragmento:
“Nunca hubiera” es el libro que presenta Katya Vega, una joven a la que una enfermedad autoinmune le quitó la vista… “Nunca hubiera” es un testimonio narrado en primera persona. Ágil, entretenido, alejado de la cursilería y más bien enraizado en la sinceridad. La historia novelada de una millennial que posee una sensibilidad extraordinaria para percibir lo que pasa en el mundo.
Para retratar a las personas. Para contarnos cómo se baña uno cuando ha perdido la vista, cómo se enamora, por qué se rehúsa a aprender a leer braille o a utilizar un bastón.
De paso, es el testimonio de una persona que encontró en la comedia, en la posibilidad de subirse al escenario a burlarse de su propia ceguera, un catalizador para la rabia y la tristeza. Porque quien ha visto a Katya Vega decir su rutina de Stand up, stand up como “pronunciamiento” y no como “estar de pie”, puede concluir que nuestros prejuicios acerca de los ciegos, sordos y cojos, están más relacionados con nuestra propia incapacidad para generar empatía”.