Benjamín Pat/SIPSE
FELIPE CARRILLO PUERTO, Q. Roo.- La madrugada de ayer, ladrones se llevaron un botín superior a los 176 mil pesos, al ingresar a las instalaciones de una gasera en la cabecera municipal de Felipe Carrillo Puerto.

De acuerdo con las primeras declaraciones de los trabajadores, cuando se encontraban realizando la descarga de una pipa, dos sujetos salieron del monte y con armas de fuego los amagaron y amarraron de pies y manos.

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Al parecer, para poder llegar al dinero, los responsables del robo hicieron un hueco o boquete en una de las paredes, a lado de un taller de la gasera, ubicada sobre la carretera federal rumbo a la ciudad de Tulum.

En tanto, una vez adentro utilizaron una esmeriladora para cortar las cerraduras de tres puertas y así poder llegar al efectivo, guardado en la bóveda, según la información vertida en el lugar.

Dieron aviso 

Los trabajadores mencionaron que después de varias horas, pudieron desamarrarse para finalmente dar parte a la oficina central, ubicada en la ciudad de Mérida, así como a las autoridades policiacas, quienes a pesar de realizar un operativo de búsqueda no pudieron saber de los responsables.

Al lugar arribó el gerente de la empresa Javier B. N. quien después de realizar el corte de caja, informó a las autoridades que el faltante asciende a 176 mil 676 pesos. Trascendió que los delincuentes dejaron una cantidad cercana a los 54 mil pesos.

Elementos de la Policía Ministerial realizaron las diligencias correspondientes en el lugar en busca de huellas o indicios que los pueda llevar a la identidad de los responsables del robo.

De manera extraoficial se supo que se detectaron algunas inconsistencias en las declaraciones de algunas personas, aunque las investigaciones continúan por parte de la Subprocuraría de Justicia de la Zona Centro.

De igual manera, se supo que dentro del sitio donde estaba el dinero había un can agresivo que a la llegada de los elementos policiacos se puso violento, lo que hace pensar a las autoridades que pudiera haber sido alguien que conocía el lugar y al perro guardián.