Recuerdan cumpleaños de Liborio con flores en cenote donde desapareció

Existen pocas esperanzas de que aparezca el cuerpo. Otras personas han desaparecido en el lugar.

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Entrada que lleva al cenote “Los Compadres”. (Eric Galindo/SIPSE)
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Eric Galindo/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Ayer, Liborio cumpliría 33 años de vida. Sus hermanos lo recordaron con un pequeño ramo de flores, que colocaron a la orilla del cenote “Los Compadres”, donde desapareció el pasado domingo. Eziquio, uno de sus consanguíneos, permanece sentado frente al cuerpo de agua como esperando un milagro, pero la realidad es otra. Tienen pocas esperanzas de encontrar a su familiar, sabe que otras personas han desaparecido en ese mismo lugar y jamás las han encontrado porque está profundo y tiene muchas “raíces” que conectan a otros cenotes.

Su mirada está fija en el agua, a dos metros de él un vaso con flores de colores intensos hacen que cambie un poco el ambiente tenso y nostálgico. El arreglo floral está en el punto exacto donde Liborio inició su travesía hacia el centro del cenote. No sabía nadar y no tenía chaleco salvavidas. Lo único que lo sostenía para que no se hundiera era una cuerda delgada que atravesaba el lugar.

El trabajador, originario de Puebla, avanzó tomado de la cuerda, antes pidió que lo grabaran con un celular, pero jamás se imaginaban que iban a grabar su muerte, narró uno de los testigos.

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Liborio se soltó de la cuerda, no “manoteó”, ni pidió auxilio, solo se sumergió. Fueron segundos en que reaccionaron, Eziquio no se metió porque tampoco sabe nadar, pero uno de sus amigos se aventó al agua para tratar de sacarlo.

A una profundidad de tres metros lo alcanzó, trató de sujetarlo, pero se le soltó, descendió con rapidez y se perdió entre lo turbio del agua, ya no pudo sumergirse más profundo. Tres amigos de la familia más se sumaron a la búsqueda, pero fue inútil. A las 17 horas reportaron los hechos a las autoridades de la delegación Leona Vicario.

Centro de esparcimiento

De los cinco años que llevan rentando a un lado de la vía principal de Leona Vicario, era la primera vez que iban a ese cenote. Eran seis amigos, por todos pagaron 100 pesos para ingresar al rancho que no tiene logotipo, ni se anuncia como centro de esparcimiento. Hace 12 años, un velador del lugar cayó al cenote, en ese tiempo también se metieron buzos expertos, pero nunca lograron encontrarlo.

Tiene aproximadamente un año que una mujer, experta en buceo, exploró el lugar, el cual detalló que tenía una profundidad de 100 metros y que a poco menos de la mitad hay corriente y cavernas que conectan posiblemente a otros cenotes. Hasta la fecha, los propietarios del lugar no han solicitado ningún permiso a las autoridades municipales para que funcione como balneario, dijo el delegado de Leona Vicario, Marco Antonio Betancourt Canul.

El cenote no cuenta con chalecos salvavidas. El día de los hechos también había familias conviviendo. El lugar debió tener un programa que llaman de Seguridad Acuática, el cual proporciona Protección Civil. Eziquio tuvo que avisar de la tragedia a sus familiares en Puebla. Ya no tienen el apoyo de las autoridades, los ayudaron hasta donde pudieron. Ahora por su propia iniciativa y recursos van a tocar puertas para que buzos expertos lo busquen en el fondo del cenote. Harán todo lo posible por encontrarlo, dice.

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