Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- Los ciudadanos se están organizando para pedir a las autoridades competentes, la apertura de espacios públicos para que las familias disfruten de las cristalinas aguas de la Laguna de los Siete Colores sin necesidad de pagar por ello, ya que actualmente para ingresar al cuerpo lagunar tiene que ser a través de un balneario o tienen que conformarse con contemplarlo de lejos.

Raúl Santana Bastarrachea, presidente de la Asociación Municipio 10, consideró justo que reclamen espacios públicos para disfrute de las familias, pues pareciera que toda la avenida Costera que colinda con la Laguna de los Siete Colores se encuentra concesionado a particulares, los cuales mantienen bardas altas.

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Confió que: “nos hagan justicia como sucedió en Playa del Carmen y otros destinos turísticos que les fueron arrebatados sus derechos de acceder de manera libre a su laguna, es un derecho constitucional que los bacalarenses sean dueños de su laguna y sus calles y no hay otro documento superior que dicte lo contrario”.

Dijo que si existen personas que se ostentan como dueños porque cuentan con documentos, no serán válidos jurídicamente, porque existe una reglamentación superior que es la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que otorga como principio elemental del derecho de las personas, el libre tránsito por sus calles y el acceso a sus cuerpos de agua y sin embargo, en Bacalar, los mismos pobladores no tienen posibilidades de acceder a su laguna.

Lucharán para recuperar la laguna

Es por ello que emprenderán una serie de acciones encaminadas a recuperar esas calles, esos accesos al libre tránsito de los ciudadanos, para que puedan disfrutar de las cristalinas aguas de la Laguna de los Siete Colores sin necesidad que tengan que pagar cuotas determinadas por particulares.

Subrayó que por lo pronto, buscarán el sustento jurídico que les permita emprender una lucha cívica pacífica que vaya de la mano con la cuestión jurídica, que beneficie a toda la población y a las futuras generaciones que hasta ahora sólo observan enormes bardas y enrejados, “cuando en realidad es algo que les pertenece”, dijo.