Claudia Olavarría/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- “Todo está consumado, en tus manos encomiendo mi espíritu”, fueron las palabras que pronunciaron 17 jóvenes y hombres que representaron a Jesús, en igual número de Viacrucis celebrados en Cancún y la zona hotelera el pasado viernes, además de seis peregrinaciones y la Marcha del Silencio, eventos en los que participaron más de 20 mil personas entre locales y turistas.

Independientemente de las celebraciones masivas en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe; Cristo Rey, la Santísima Trinidad (catedral) y Playa Delfines, iglesias y capillas de la ciudad como la Capilla de la Piedad en la Región 229, donde participaron más de 300 personas, quienes caminaron hasta la Iglesia de la Santa Cruz, sobre avenida CTM, entre las avenidas Francisco I. Madero y Miguel Hidalgo.

También te puede interesar: Representan con fervor la Pasión de Cristo en Lázaro Cárdenas

En los rostros de las personas que acompañaron a los más de 200 feligreses que representaron las 14 estaciones de la Cruz y Vía Dolorosa, había expresiones de tristeza, angustia, dolor, sorpresa, coraje e incluso llanto, observaban y escuchaban lo que los soldados romanos decían a Jesús.

De los 17 Viacrucis celebrados en la ciudad, los más antiguos los realizan el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en la zona de “El Crucero” y la Iglesia Cristo Rey en la Supermanzana 22, otra más reciente es el de la catedral de Cancún, por la importancia de la misma, sin embargo aquí los actores eran niños y jóvenes, como fue el caso de Fabián Nicolás Fuentes, de 17 años, quien representó a Jesús.

A las 10 en punto, en el parque de La Rehoyada inició el Viacrucis que organiza el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe que comienza con la Primera Estación en la que Jesús, interpretado por Luis Soberanis, es sentenciado a muerte, en ese momento había alrededor de 300 personas, quienes minutos después presenciaron la Segunda Estación, Jesús carga la cruz  en el camino hacia el estacionamiento del estadio Cancún 86; conforme avanzaba el contingente se unían más personas que presenciaron la primera caída de Jesús bajo el peso de la cruz y se considera la Tercera Estación.

María, madre de Jesús, logró evadir la guardia

María, madre de Jesús, quien ha seguido de cerca el calvario de su hijo, logra evadir la guardia y acercarse a él, encuentro que corresponde a la Cuarta Estación.

Una voz autoritaria se dejó escuchar en el ambiente cuando uno de los soldados romanos que custodiaban a Jesús le ordena al cirineo que ayude a Jesús con la cruz de 90 kilos, con ello se cumple la Quinta Estación.

Frente a la Iglesia Cristo Rey, en la Supermanzana 22, junto al parque de Las Palapas, una hora después, también se vivieron las estaciones, la Sexta Estación en la que Verónica limpia el rostro de Jesús, personificado por José Alfredo Hernández López, y ocurre el milagro, su cara queda impresa en el sudario, la escena es vista por un aproximado de tres mil personas.

Consuelo a las hijas de Jerusalén

El camino al Monte Calvario continúa sobre la calle que rodea el parque, donde Jesús cae por segunda vez y con ello ocurre la Séptima Estación; más adelante un Jesús sangrante y cansado consuela a las hijas de Jerusalén, en la Octava Estación.

Jesús, caracterizado por el joven Fabián Nicolás, cae por tercera vez en el camino a su crucifixión sobre avenida La Costa, en el Viacrucis de la Catedral que inició a las 12 horas, ahí se da la Novena Estación, justo a unos metros de la entrada principal de la casa de oración del templo, donde personas de la tercera edad, en su mayoría, ocupaban las sillas frente al escenario, a las que se unieron las más de 400 que siguieron todo el recorrido sobre avenida La Costa.

En el monte Calvario ocurre la Décima Estación, Jesús es despojado de su túnica, de inmediato se da la Décimo Primera Estación en la que es subido a la cruz en medio de los ladrones Dimas y Gestas, con quienes sostiene un breve diálogo, para luego decir “tengo sed” y recibir vinagre por agua; momentos después en la Décimo Segunda Estación Jesús muere en la cruz y un soldado le pica un costado para comprobar su muerte.

En la Décimo Tercera Estación Jesús yace en los brazos de su madre, para después con la Décimo Cuarta su cuerpo es depositado en el sepulcro.