Javier Ortiz/ SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Un grupo de entre 300 y 400 pobladores de Maya Balam, invadieron el rancho denominado “Los Cascos”, que se encuentra en disputa desde hace varios años y que hace algunas semanas propició una manifestación en la carretera federal que incluyó un bloqueo intermitente a la altura de la entrada a la comunidad de Miguel Hidalgo.

De acuerdo con el reporte de la policía municipal, se mantuvieron al margen para evitar alguna confrontación, pues los pobladores amenazaron con apedrear las unidades si se acercaban, ya que bloquearon por varias horas el entronque de la carrera Maya Balam-Ávila Camacho.

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Para ingresar al predio en mención, los inconformes rompieron parte del alambrado y se dedicaron a subdividir entre ellos esa superficie de terreno que consta de 274 hectáreas, mismo que de acuerdo a los mismos pobladores, forma parte de las tierras que les donó la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) en el año 1985, cuando se asentaron en ese lugar.

Sin embargo, decidieron trabajar proyectos productivos en esa porción de terreno para beneficio colectivo de grupos sociales, de acuerdo a versión de los mismos pobladores; no obstante, con el paso del tiempo, algunos integrantes se fueron retirando hasta que quedó en manos de un reducido número de aproximadamente ocho personas que se han negado a devolverlo.

Establecieron cultivos

Como si fuera de su propiedad, lo cercaron con alambre de púas y establecieron cultivos y pasto para dedicarse a la ganadería como proyecto personal, lo que inconformó al resto de los habitantes que han recurrido al diálogo para intentar recuperarlo, pero el grupo de personas se ha negado a devolverlo.

Para ello han recurrido a las autoridades de gobierno en busca de apoyo, pero no recibieron la ayuda esperada y fue por ese motivo que se organizaron y la mañana de este sábado, decidieron tomar por asalto el sitio, armados de machetes, moto sierras, rastrillos y demás implementos de limpieza. No fue posible localizar a delegado de la comunidad, Pascual Pablo Bernabé y el resto de la población se mostró recelosa por brindar algún tipo de información.