Redacción/SIPSE
CANCÚN, Quintana Roo.- Entre los mexicanos, los gatos gozan de buena aceptación como animales de compañía. Si bien es cierto que los perros continúan como los acompañantes preferidos en los hogares de todo el país, los felinos poco a poco han aumentado su popularidad, sobre todo entre la población adulta joven que vive sola.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), siete de cada 10 hogares en el país tiene un animal de compañía; de esta cifra cerca del 80% posee un perro. El 19% de las personas que tiene un animal en su hogar, manifestó tener un compañero felino, se espera que esa cantidad continúe aumentando con el paso de los años.

También te puede interesar: Te damos seis beneficios de que tu hijo tenga una mascota

Una de las razones es que los adultos jóvenes se casan a edades cada vez más grandes y generalmente tienen jornadas de trabajo completas que los apartan de su hogar la mayor parte del día. Debido a que muchos de ellos viven solos hasta antes de casarse, para tener compañía prefieren la presencia de un gato, esta especie es mucho más independiente que cualquier raza de perro; no requieren del alto nivel de atención y contacto humano que necesitan los canes.

La alimentación con croquetas puede ser aceptable si no puedes
estar todo el día para darle de comer. (Redacción/SIPSE)

Al no necesitar cuidados y atención, son animales con un organismo muy sensible, sobre todo a la hora de comer. Uno de los cuidados más importantes que debe tener en cuenta la gente que adopte gatos, es su alimentación.

Los mininos a diferencia de otros animales de compañía, son casi exclusivamente carnívoros, no comen “lo que sea”. Siempre debe incluirse proteína animal en su dieta, ésta aporta tres elementos indispensables para mantener saludables a los gatos: taurina, un aminoácido que mantiene en buen funcionamiento el corazón y la vista; ácido araquidónico, esencial para mantener una piel y pelaje saludables; y la vitamina A, que ayuda a proteger su pelo y agudizar su vista.

Ten en cuenta que la esterilización disminuye las necesidades
energéticas de tu gato un 25%. (Redacción/SIPSE)

La carne para tu gato nunca debe estar cruda, porque sus estómagos son muy delicados para procesar los nutrientes en crudo. Siempre dale la carne asada, hervida o a la parrilla, no muy caliente, y en trozos pequeños que pueda comer de un bocado. La carne puede mezclarse con alimento para gatos, ya sea seco o húmedo.

Tanto el alimento seco como el enlatado tienen beneficios particulares. El seco contiene más calorías y en general es más económico respecto al alimento de lata; además, es un elemento que ayuda a conservar limpios los colmillos así como sus encías, debido a la acción abrasiva de ese alimento. El enlatado contiene un porcentaje bajo de grasas; es más suave, lo que puede ser bueno para gatos de edades avanzadas que tienen problemas para masticar, y contiene un alto porcentaje de agua, la cual ayuda a tener una mejor digestión y evita infecciones urinarias.

Las recomendaciones para la alimentación estándar no funcionan tan
bien para los gatos que se castraron antes de seis meses de edad. (Redacción/SIPSE)

Para una dieta balanceada, lo ideal es combinar ambos tipos de alimento con un poco de carne picada. Para variar las comidas de tu gato y no repitas el mismo alimento siempre, puedes añadir un poco de huevo cocido con su alimento, pollo hervido (sin huesos) o pescado al vapor. Estos alimentos también le brindan los nutrientes que requieren y no afectan su salud.

Es importante recalcar que los gatos son animales rutinarios, lo que significa que les es más sencillo acostumbrarse a tener un horario específico para comer. Al comer en un determinado momento del día, ellos mismos te recordarán e insistirán que ha llegado el momento de llenar su plato. Incluso, si no estás presente a su hora de comer, puedes confiar en que si dejas servida su comida previamente, tu propio gato comerá cuando le corresponda.

Contrario a la creencia popular, los gatos no necesitan tomar leche después de ser destetados. Debido a que pierden las enzimas necesarias para digerir la lactosa. Además la leche de vaca no cubre sus necesidades nutricionales, puede provocarles problemas digestivos, igual que a las personas intolerantes a la lactosa.