Javier Ortíz/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- La imagen de pequeños asomándose a la fosa de El Fuerte de Bacalar, que tiene una profundidad de casi 10 metros, se está volviendo común en los grupos de familias que visitan este sitio, por lo que prestadores de servicios turísticos pidieron estrechar medidas de seguridad para evitar algún accidente.

David Martínez Sánchez, presidente de la Asociación de Hoteles y Restaurantes de Bacalar, consideró que la curiosidad de los pequeños por conocer lo que guarda la fosa, está representando un serio peligro para ellos, ya que cualquier día se puede suscitar algún incidente, como el que ocurrió hace algunas semanas, cuando un perro cayó de esa altura y elementos de la Policía Municipal tuvieron que ingresar para sacarlo y curarle sus heridas.

Consideró que un incidente de este tipo podría poner en riesgo la imagen del destino, lo que inhibiría la visita de turistas, además que está en riesgo la integridad de los pequeños que al desconocer la profundidad de la fosa que rodea toda la fortificación, se arriesgan a curiosear, ante el descuido de los padres.

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Por lo que sugirió se tomen medidas preventivas para evitar cualquier accidente, ya que por su cercanía con los juegos infantiles que se encuentran en el parque central, a los pequeños se les hace fácil asomarse en la orilla de la fosa que forma parte de la estructura del fuerte, para observar el fondo del mismo sin medir el riesgo que representa.

Prestar atención 

El empresario bacalarense, exhortó a los padres de familia que acuden al Pueblo Mágico, a tener más cuidado con sus pequeños y evitar que se asomen a la orilla del museo y a las autoridades pidió que coloquen avisos de advertencia en los alrededores del sitio, ya que quienes visitan por primera vez el lugar, sólo se dan cuenta del riesgo hasta que observan la cavidad.

Turistas 'rebeldes' 

De acuerdo a los comerciantes que se ubican en las cercanías del Fuerte de Bacalar, cada vez se vuelve más común observar personas que se asoman para conocer el vacío que encierra las paredes de la fortificación, incluso, se ha sorprendido jóvenes que desafían el peligro y se suben en la punta de los cañones sin que nadie les llame la atención.