Los migrantes que cada semana llegan a Quintana Roo a refugiarse necesitan recursos para mantenerse de forma legal, por lo que la asociación Cisvac busca usar la recaudación de último evento con causa para dar más asesorías.

Marilyn Torres Leal, presidenta de Cisvac, señaló que semanalmente se atienden alrededor 35 migrantes sudamericanos que necesitan conseguir la tarjeta de residencia humanitaria ante el Instituto Nacional de Migración (INM), trámite que cuesta más de ocho mil pesos.

Por eso, mediante la recaudación de más de 50 mil pesos que se obtuvo ayer sábado con una cena de banderas, se pretende solventar algunos de estos trámites, y adquirir material de construcción faltante para terminar una barda de ladrillos de un refugio para migrantes.

“Lo que más tenemos son venezolanos, cubanos, guatemaltecos, y argentino. Si nos llegan casos de gente que necesitan pagar un pago de derechos para poder naturalizarse, son ocho mil 700 pesos por cada persona”, dijo.

Torres Leal aclaró que el trámite más económico cuesta ocho mil 700 pesos, pero el costo normal es de al menos 10 mil pesos porque se hace un pago de derechos y otro por la tarjeta de residencia.

Con la asistencia de 200 personas a la cena de banderas el pasado sábado y la subasta de un cuadro de arte en al menos 30 mil pesos, se pretende apoyar el proceso de al menos tres personas.

“Conseguir la tarjeta de residencia puede tomar más de seis meses”, mencionó.

Durante el tiempo de espera, la entrevistada comentó que se da asistencia a los migrantes con alimentación en las oficinas.

Pero lo urgente para estas personas es adquirir la tarjeta de residencia, ya que sin esta no pueden conseguir documentos personales y no pueden tener una fuente de ingreso.

Por otra parte, para la barda del refugio migrante falta conseguir mil 500 bloques, además de cemento, grava, vigas, entre otros materiales.

Finalmente, según información de la asociación Cisvac, este 2023 se han entregado mil 800 tarjetas de residencia, y se ha impactado indirectamente a alrededor de 26 mil personas de forma indirecta, quienes son familiares de los migrantes, como los padres o los hijos.