Selene Hidrogo/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Sin agua y sin luz es como están pasando 30 de los 150 niños del curso de verano de la Casa de la Cultura, desde el jueves pasado, debido a la caída de ramas que afectaron los trasformadores de este lugar y los dejaron sin estos servicios, personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) acudió el mismo día a solucionar el problema; sin embargo, no pudieron restablecer el servicio, informó Juana Guadalupe Santín Velázquez, directora de la Casa de la Cultura de Cancún.

El mal clima que prevaleció en Cancún el jueves pasado, provocó que las ramas de un árbol cayeran sobre los transformadores de luz y rompieran una cuchilla, por lo que la Casa de la Cultura se quedó sin energía eléctrica y por consiguiente sin agua, pues las bombas no abastecen de este líquido a los depósitos.

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El Planetario de Cancún los apoyó con cubetas de agua para que llenaran algunos contenedores y los ocuparan para sus principales necesidades.

A pesar de todo tuvimos que improvisar, ahora hacemos juegos, concursos y manualidades que no requieren de agua ni electricidad en el patio central, ya que para los niños estar en los salones es muy sofocante por la falta de aire acondicionado, por eso la mayoría del tiempo la pasamos afuera”, comentó Laura Ávila, coordinadora de los cursos de verano.

Solo 30 niños de los 150 que se inscribieron a este curso, se quedaron en las instalaciones con conocimiento de los padres de la situación en la que se encontraban, muchos de ellos no pudieron llevarse a sus hijos porque trabajan. 

Piden apoyo

“Tuvimos que suspender las actividades en la tarde por la falta de luz y esperamos reponerles esos días, ya pedimos apoyo a la Subsecretaria de Cultura de Chetumal, para ver si desde allá podrían contactar a alguien que nos apoyara, pues ya tenemos 48 horas sin energía”, puntualizó Santín Velázquez.

La CFE ya tiene conocimiento de este problema, por los cuatro reportes que la directora ha hecho, sin embargo, no les apoyan en restablecer la energía eléctrica.

“Mi niña me comentó que estaba muy cansada y acalorada, pues la Casa de la Cultura no contaba con agua y luz, que se la pasaron todo el tiempo afuera de los salones y el viernes ya no quiso asistir, así que tuve que traerla al trabajo todo el día, pues no tengo donde dejarla” explicó Liliana Sánchez.