Oskar Mijangos/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Los negocios de compra y venta de chatarra constituidos de forma ilegal significan diversos riesgos pueden causar desde daños ambientales hasta accidentes como explosiones, sin embargo, el Ayuntamiento no ha actualizado el registro de estos. 

Guadalupe López Carmín, en conjunto con su familia, tiene una chatarrera, dice que las ganancias no son buenas desde hace algunos años, ya que entre impuestos y la competencia ilegal, es difícil mantenerse a flote. Tiene un aproximado de cinco años viviendo de la chatarra, su negocio está establecido legalmente, lo que implica diversos gastos como el agua, la energía eléctrica, pago de basura, anuencias de protección civil, entre otros. 

Ilegales, en segundo plano

Héctor Mercader Contreras, director de la paramunicipal Solución Integral de Residuos Sólidos (Siresol), indicó que no se han concentrado de lleno en la detección de chatarreras ilegales. 

“En las rutas de recolección de basura, si algún trabajador detecta alguna chatarrera ilegal se pasa el reporte a la Dirección de Protección Civil y a Ecología, ya ellos se encargan de tomar las medidas pertinentes, pero hasta ahora han sido mínimas las que hemos detectado, por el momento estamos concentrados en conformar el padrón de contribuyentes, con el cual Siresol nunca ha contado”, señaló. 

La administración pasada de Siresol, al cierre de su gestión, indicó que existían 158 chatarreras ilegales en la ciudad.