Playa del Carmen, donde los migrantes reinician su vida

Tanto los fundadores como los recién llegados definen a la localidad como tranquila y llena de oportunidades.

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El municipio de Solidaridad crece anualmente 14%, siete veces más que el promedio de la media poblacional nacional, según el Inegi. (skyscrapercity/Internet)
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Luis Ballesteros/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- La tendencia del crecimiento poblacional y el desarrollo de esta localidad es una constante que perdura y se fortalece, según los censos poblacionales y los testimonios de aquellas personas que vieron crecer este destino caribeño, como Ileana Mercado, quien con más de dos décadas de vivir aquí, ha visto cambiar el lugar conforme a la llegada de nuevas personas, las cuales como ella dice, “le imprimen un sello particular”.

Ella llegó de Veracruz a mediados de los 90, con la esperanza de encontrar en el bar Calipso, que se ubicaba en la Quinta Avenida, entre las calles 6 y 4, un empleo como cantante del lugar.

Lugar para “echar raíces”

Iliana describe a Playa como un lugar mágico y perfecto.   A ella le tocaron los años donde el turismo era poco y había aún menos habitantes. Asegura que si 20 años después este lugar sigue atrayendo a otros, no sólo es por su belleza, sino también por su cultura y su gente.

Antonio Farías Ruiz, un michoacano que vino a quemar las naves a la Riviera Maya hace cuatro meses, es decir, 20 años después de que  Ileana pisara esta tierra, llegó para comerciar lomo de cerdo, pollo y costillas de res asadas.

Encontró una ciudad en pleno desarrollo, que cada vez se parece menos a las imágenes que Ileana evoca del mismo destino, y que no obstante, “a pesar del paso de los años, sigue siendo un destino que enamora, que se elige para echar raíces, para hacer vidas y formar familias prósperas”, dice.

Poblado de migrantes

Hace dos décadas arribaron a Playa hombres y mujeres que, sin saberlo, forjaron los pilares para erigir una de las ciudades más prosperas de México. 

El municipio de Solidaridad crece anualmente un 14%, siete veces más que el promedio de la media poblacional, según datos del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (Inegi); y Antonio e Iliana forman parte de esa estadística.

La mujer es fundadora del primer negocio de quesadillas del lugar, el cual se ubica desde finales del siglo pasado en la calle 6, entre las avenidas 10 y 15. Hasta el día de hoy las “Quecas de Playa” siguen siendo una costumbre gastronómica de visitantes y amantes de la vida nocturna, ya que el negocio cierra a las seis de la mañana.

Por su parte, Antonio llegó a un destino consolidado y ya forma parte de esa población integrada al municipio de Solidaridad.

En busca de tranquilidad

Los problemas económicos y de seguridad que hay en los diferentes estados del país, han motivado la llegada de gente trabajadora que fue víctima de extorsiones, acoso o algún otro delito del crimen organizado.

Antonio no habla de los motivos por los que dejó su ciudad natal, sólo comenta que ahora inició una nueva vida con su esposa y sus dos hijos, encontró estabilidad y tranquilidad emocional. “Michoacán no es un lugar seguro para vivir y uno siempre busca mejores condiciones para la familia”, dice. 

Desde dos puntos distintos, Ileana y Antonio coinciden en que Playa del Carmen es un lugar vivo y próspero, un destino que con el paso de los años ha fortalecido la imagen del país. Un sitio con imán para la gente trabajadora. 

“Quién quiere trabajar y vivir de manera honesta, éste es el lugar ideal para hacerlo”, comenta Ileana.

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