Licety Díaz/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Jerónimo Avilés Olguín Segovia, buzo profesional, por primera vez decidió exhibir el documental testimonio “La cueva de los tiburones dormidos y sus ancestros”, en el que plasmó a un tiburón de arrecife en un mágico día de 1996.

El audiovisual fue exhibido en el Complejo Cultural, Científico y Tecnológico Ka’Yok’; fue el cierre con broche de oro del evento sobre el mes de los tiburones.

Tras la presentación de este video inédito, decidió sacarlo a la luz pública en estos momentos que se está haciendo todo un trabajo por la conservación de la especie.

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Es una manera de concienciar a la sociedad sobre la lucha por la sobreviviencia de esta especie en peligro de extinción, pues la situación actual de las pesquerías de tiburones a nivel mundial es devastadora y el escualo juega un papel fundamental en el equilibrio del ecosistema.

Hizo un llamado a modificar las prácticas de la captura de los tiburones, y decidió mostrarlo porque se da la alineación, y las personas ya son más receptivas en el tema.

La cueva se ubica en Isla Mujeres, era conocida por “Los cuevones”, pero cambió su nombre cuando en 1969 fue descubierto por el pescador Carlos García, más conocido por los isleños como “Válvula”, cuando encontró durmiendo en el lugar a más de una decena de diferentes especies como gata, tintoreras, toro, tigre, de punta blanca y mako, entre otras.

De esa historia legendaria poco queda, producto de la caza indiscriminada de los pescadores y a lo largo de siete años que bajaron sólo una vez encontraron la especie la que quedó documentada en el video, explicó el buzo.

A una profundidad de casi 20 metros, lograron plasmar imágenes impresionantes en la cueva que tiene unas dimensiones aproximadas de siete metros de largo por cinco de ancho y uno de altura, en la actualidad son pocas las operadoras de buceo que ofrecen el servicio hacia esa cueva.