Eric Galindo/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Don Abel y Doña Lilia, el mes pasado cumplieron 62 años de casados, él tiene 81 y élla 80, a pesar de su edad, siguen siendo el ejemplo y pilar de la familia Ortiz, la clave para durar tanto tiempo juntos está en la comunicación, hablar entre pareja, resolver los problemas juntos y encontrarle sentido a la vida.

Lo contrario de lo que refleja el matrimonio Ortiz se ve en los tribunales orales en materia familiar, desde que se creó la figura de divorcio incausado, ha tenido una demanda entre las parejas en conflicto, tan solo en el 2015 se presentaron mil 475 divorcios en esta modalidad y fueron 974 por mutuo acuerdo.

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Sentado junto a su esposa, don Abel, tiene la esperanza de celebrar sus bodas de diamante, que son en el aniversario 75, al lado de su esposa.

La clave de su matrimonio fue la pasividad de su carácter, cuando ella se enojaba simplemente no le hacía caso y al poco rato se le pasaba el coraje. “Ese es el chiste de la vida”, dijo.

Su pareja era muy alegre, todavía recuerda como la conquistó en uno de los bailes populares que hacían Tehuacán, Puebla, sus miradas se cruzaron, fue un momento de magia, como si hablaran con los ojos, él tenía 17 años y ella 16, se aproximó donde estaba sentada y le extendió la mano para que bailaran, después jamás se separaron.

La única forma de estar juntos

En su historia, hubo alegrías y tristezas, su suegra no estaba muy de acuerdo con que se casaran, antiguamente se robaban a las jovencitas y eso tuvo que hacer para pudieran estar juntos.

Al cabo de ocho meses, cuando le llevaron a su primera hija, lo aceptó y les dio un lugar para que vivieran con ella y dejaran de pagar una renta, empezaron a trabajar.

Él tejía y reparaba sombreros, en un taller de su papá y ella era costurera, con eso se ganaban el sustento para darle de comer a sus hijos.

Juntos hasta que Dios diga

El 14 de febrero decidieron celebrar su matrimonio por lo civil y festejar su cumpleaños, cada año celebran doble, como en esta ocasión que su hijo Salvador los agasajó con un mole poblano, que acompañaron con arroz y frijoles de olla. 

Le daría a los jóvenes que la formula para mantener un matrimonio es tener espíritu de vivir para siempre con ella, porque la persona tiene que estar siempre al lado de quien ama y quiere, solamente así se sostienen los matrimonios. A la mujer siempre hay que respetarla y cuidarla.

El orgullo que tiene son sus hijos, siempre les inculcó el respeto a su madre y que deben de cuidarla. “Es una preciosidad de vivir tanto años, no me imaginaba nunca llegar a esto, y será hasta que Dios diga”. dijo Don Abel.