Ángel Villegas/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Un movimiento inusual irrumpe la tranquilidad en Costa Mujeres. La presencia de Rafael Nadal provoca el arribo de mucha gente, turistas, invitados especiales y prensa para atestiguar la apertura oficial de su primera Academia de Tenis fuera de España.

Ya en la concurrida conferencia de prensa, con la sencillez y amabilidad que lo caracteriza, en compañía de su socio, Abel Matute, CEO de Grand Palladium, ofreció los pormenores del ‘día tan especial para mí’.

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El objetivo, sin duda, como ha concebido este nuevo reto en su carrera, es el de detonar el turismo deportivo, una atractiva ventana hacia el mundo.

“Qué mejor lugar que México, donde nos sentimos cómodos desde hace muchos años. Cuando se nos presentó la oportunidad de crear el primer Rafa Nadal Tennis Centre fuera de Mallorca, como parte de la extensión del proyecto, de inmediato pensamos en hacerlo aquí, de la mano de Abel y su familia.

Hay que diferenciar de lo que es la Academia en Mallorca, con respecto a lo que representa este Centro de Tenis, son dos productos completamente diferentes. Allá, por ejemplo, existen las facilidades para que niños y jóvenes puedan hacer un año entero, es decir, de dormir, estudiar y entrenar (formativo), mientras que el de acá está más enfocado al tema vacacional.

Por supuesto, a mediano o largo plazo, la idea es ayudar al tenis mexicano a crecer, trabajar y pelear mucho para que así sea”, consignó durante su encuentro con la prensa nacional y extranjera, en el museo que atesora algunos de sus trofeos de Grand Slam y un sinfín de artículos firmados por estrellas como Lionel Messi, Luis Suárez, Thiago Silva, María Sharapova, Roger Federer, Andy Murray, Esteban Cambiasso y Paul Gassol, entre otros.

Advierte que ‘intentaremos hacer las cosas de la mejor manera posible y convertirlo en un lugar de referencia y éxito’.

“No hay ningún resort en el mundo que tenga un centro deportivo como el de Grand Palladium en Costa Mujeres.

Para nosotros es una gran satisfacción, como comentaba hace un momento, ir de la mano de Abel, su familia y grupo, con el que tengo una relación de muchos años. Estar con gente con la que hablas el mismo idioma y puedes confiar, pues no tiene precio”, reconoció.

La ‘cereza en el pastel’, obviamente, fue el esperado corte de listón, en compañía de Abel Matute. Tras posar para las cámaras, jugaron un partidito y finalizaron con un apretón de manos y efusivo abrazo.

“La gente que no venga a hacer campus, pero que realmente quiera alguna clase individual en unas instalaciones magníficas, lo puede hacer”, opinó Matute.