Teresa Pérez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Por primera vez en Quintana Roo se realizó una intervención cerebral endovascular  utilizando el cateterismo, una técnica no invasiva que tiene más probabilidades de éxito para enfermedades como aneurisma cerebral.

Rafael Maciel Morfin, neurocirujano de Cancún, indicó que dicha técnica reduce la mortalidad al 50% de los pacientes con este padecimiento.  “Por alguna razón en algunos lugares de las arterias donde se forma un “y” son punto de mucha tensión, pues la sangre pega y lo que hace es que empieza a romper la membrana de los vasos sanguíneos y en consecuencia se va formando un abultamiento o saco que puede comprimir los nervios cercanos al cerebro y  si este saco se rompe provoca una hemorragia cerebral severa”, expresó.

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La enfermedad es provocada principalmente por el abuso en el consumo del tabaco y problemas de hipertensión arterial, comienza con dolores muy fuertes de cabeza, los cuales se confunden con migraña, las personas comienzan a tener dificultad de movimiento de brazos y piernas, en ocasiones alguno de los ojos pierde sensibilidad al movimiento. 

Después de varios estudios a Claudia N, de 55 años, su médico le diagnosticó aneurisma severo, el especialista indicó que en su caso fue incidental, pues en ella se revisaba un problema neurológico tratado desde hace seis meses. 

Para la familia de Claudia, la noticia llegó de golpe, la única opción que estaba en puerta era utilizando este método y comenzaron a prepararla para la intervención. El especialista comentó que en México sólo en algunos estados después de la Ciudad de México se realiza dicha cirugía no invasiva, sin embargo, en el interior de la República sólo está en el sistema privado. 

Equipo médico

Más de siete personas participaron en esta intervención quirúrgica en la sala de hemodinamia del hospital Amerimed en Cancún. Todos con un mismo fin, salvarle la vida al paciente. Al frente del equipo estaba un neurocirujano acompañado por un radiólogo intervencionista, una anestesióloga, personal técnico, el cual se dedicó a supervisar monitores, imágenes, movimiento de cama de operación y enfermeras listas surtiendo medicamento.

El primer paso era entrar por la arteria femoral (en la ingle), después esta arteria con ayuda del catéter daría la opción de viajar hasta llegar a la aorta y posteriormente al tórax. En esta etapa el radiólogo introdujo una solución de contraste para pintar la arteria y trazar el camino hasta el aneurisma.  

Ya en el cuello el especialista continuaba con movimientos suaves de sus dedos, desde ese momento nadie podía realizar movimientos a menos que fueran necesarios. La concentración era total, todos enfocados en los monitores que guiaban el camino a seguir y que reflejaban los movimientos del catéter por la arteria. 

El personal técnico monitoreaba la frecuencia del corazón, los parámetros hasta entonces eran estables. La intervención continuó, y ya en la arteria del cuello, se introdujo el primer coil (pequeños espirales de metal blando), el cual tenía como misión viajar por la arteria carótida común hasta entrar al cráneo por medio de la arteria carótida interna y así llegar al aneurisma cerebral que había sido diagnosticado en Claudia y que estaba ubicado muy cerca de la sien.

Estas deformaciones de las arterias tardan muchos años en formarse, el problema  es que de 100 aneurismas el 80% son detectados porque sangran y 20 de manera incidental y en caso de reventarse pueden provocar la muerte al generar un derrame cerebral. Claudia salió con éxito de la intervención y estará dos días en recuperación para volver a su vida cotidiana.