Desmienten el mito del uso de zapatos ortopédicos

El especialista menciona que el calzado médico no corrige el problema y resulta traumático para los niños.

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En la actualidad se descarta el calzado rígido y pesado por uno cómodo, en el cual se incluyen plantillas. (Tomás Álvarez/SIPSE)
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Teresa Pérez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- La hija de Ivonne, de cuatro años de edad, al caminar mete un pie. Aunque no le causa problemas para seguir sus actividades, ella decidió llevarla a una zapatería para corregir el problema. Después de un año su hija no tuvo alguna mejoría.

Para el padre de familia, la manera en que sus hijos pisan comienza a preocuparles cuando en ocasiones se caen, meten los pies o caminan lento, la primera opción que llega es llevarlos a las zapaterías que ofrecen servicio ortopédico, pero esta no es la mejor manera de tratar el problema.

Zapatos ortopédicos, un placebo para el problema

Christian Armando Mantecón Domínguez, traumatólogo y ortopedista del Hospital Galenia, comentó que los zapatos de ese tipo no corrigen nada, y sólo son un placebo para los papás, pues el pie plano y la pisada desviada del pie se corrige sin necesidad de usar zapatos ortopédicos.

Comentó que fue un médico especialista de Estados Unidos, con base en su experiencia de más de mil pacientes que atendió, el que se dio cuenta que los zapatos ortopédicos no daban ningún resultado y, por el contrario, eran traumáticos para los niños porque estaban pesados y nada estéticos.

Tratamientos largos y costosos

El especialista mencionó que antes los niños se tenían que poner no sólo los zapatos, sino las mangueras que llevaban fuera. Eran tratamientos largos y costosos que duraban casi hasta el término de la primaria.

Hoy en día, en algunos lugares siguen con la tradición y, por desconocimiento del padre de familia, este tipo de tratamientos implican un gasto innecesario, pues no dan resultados.

Mantecón Domínguez explicó que por ejemplo, el pie quino se corrige mediante una buena valoración prematura en el niño. Se corrige con yesos o, en caso necesario, se realiza una cirugía. Las plantillas sirven para moldear la planta y ponerle un tope, pero en zapatos cómodos, no rígidos ni pesados.

El especialista explicó que las malformaciones se producen durante el período embrionario del desarrollo y las deformidades durante el período fetal, por ello recomienda a los padres de familia que lleven a sus hijos a valoración con un ortopedista pediatra, pues revisará la patología del pie y descartará si está asociado a una deformidad, evitando dificultades en su tratamiento.

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