Redacción/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- ¿Crees que consumes poca sal? ¿Ya contaste la que esta oculta en los alimentos empaquetados? ¡Descubre cómo reducir tu consumo de sodio!

El portal ‘El Semanario’ informa que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) la cantidad de sal que México consume es el doble de la recomendada. De reducir nuestro consumo a dos gramos al día, 17 mil vidas serían salvadas al año. En el mercado son cada vez más comunes los productos que hacen uso de la sal como aditivo y conservador.

¿Por qué no podemos dejar de consumir sal?

No es una sorpresa que, bajo este ritmo de consumo, México se ubique entre los países con mayor proporción de personas que viven con hipertensión, diabetes y obesidad. De hecho, consumir sal es el principal camino para desarrollar infartos, accidentes cerebrovasculares, falla renal y presión sanguínea elevada.

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Desafortunadamente, el control en el consumo de la sal no es del todo posible. Mientras que el Instituto Nacional de Salud Pública recomienda consumir dos gramos de sodio al día, los productos alimenticios que se encuentran a nuestro alrededor sobrepasan por mucho este gramaje. Los productos procesados y las comidas rápidas son la principal fuente de sal y según la investigadora en salud alimentaria de EPC, Fiorella Espinosa, “se estima que una gran parte del sodio que consumimos proviene de alimentos que no se preparan en casa.”  

¿Qué alimentos contienen Sal?

Los productos que más sodio agregado contienen son:

• Pan
• Embutidos (salchicha, paté, jamón)
• Sopas y Caldos enlatados
• Queso
• Frituras empaquetadas
• Carne
• Comida Rápida (pizza, hamburguesa y pasta)

¿Qué hacer al respecto?

Alejandro Calvillo, director de EPC, afirma que México es uno de los grandes consumidores de productos ultraprocesados de América Latina y, por tanto, este problema se convierte en una cuestión de salud pública -como las cifras de la Organización Panamericana de la Salud lo demuestran-.

Para resolverlo, es importante que se formulen políticas para desincentivar el consumo de estos productos y fomentar el de alimentos menos procesados, revalorizando los alimentos de la región ya que con ello se disminuiría el consumo de sodio y podrían salvarse miles de vidas.

El problema con los productos etiquetados es que no dicen la verdad sobre la cantidad de sal con la que cuentan. Incluso, varios de los productos comercializados en México tienen más sodio que el mismo producto comercializado en otros países. De ahí, la importancia de contar con un etiquetado donde el consumidor obtenga información real que le ayude a tomar buenas decisiones a favor de su salud.

Actualmente, las cadenas ponen a la venta productos con altas cantidades de sal que incluso rebasan la recomendación diaria de ingesta total -hasta en un 118% más-.  A diferencia de otros países de América Latina, México no cuenta con una regulación que obligue a las empresas de productos alimenticios a reducir la sal en sus productos, etiquetarlos correctamente con advertencias acerca de los riesgos de excederse en el consumo de sal o limitar el tamaño de los paquetes.

Una cultura de salud es una cultura de educación y, hasta el momento, no existen políticas complementarias que ayuden a sostener una visión acerca del consumo de dietas tradicionales y limitación en la ingesta de alimentos ultraprocesados para prevenir y controlar las enfermedades que más afectan a nuestro país: diabetes y enfermedades cardiovasculares.