Redacción/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Como resultado de las investigaciones efectuadas por la Procuraduría General de Justicia (PGJ), se aclaró que nunca existió amenaza de secuestro en contra del turista brasileño  Dealberto Da Silva Junior, sino que todo fue un ataque de paranoia que sufrieron él y su hermano, por el consumo excesivo de droga y alcohol.

De acuerdo con un comunicado de prensa, el Procurador General de Justicia de Quintana Roo, Gaspar Armando García Torres, reiteró que la muerte de Dealberto no fue producto de un homicidio, sino el resultado de una caída que le provocó fractura craneoencefálica severa.

En su declaración Fernando Luis Da Silva, hermano del occiso, aceptó que nunca hubo secuestro y persecución, sino que sus actos fueron causados por el efecto de los enervantes. Ante el Agente del Ministerio Público se negó a interponer denuncia alguna, debido a que recalcó que nunca existió intento de privación de la libertad; de hecho fue él quien solicitó la entrega del cadáver de su hermano.

Recuento de los hechos

El procurador detalló que Dealberto, de 36 años, originario de Jaragua Do Sul, Santa Catarina, Brasil, había llegado primero a Cancún para luego trasladarse a Playa del Carmen, lugar en donde en compañía de su hermano, de 33 años, se hospedó en el hotel “Reyna Roja”.

García Torres dijo que, de acuerdo con los datos recabados por los agentes investigadores, Dealberto y Fernando Luis aceptaron darle hospedaje a una mujer identificada como Ekaterina Vasileva, de nacionalidad rusa.

De esta manera, con base en testimoniales, se determinó que el día 10 de enero, los hermanos, salieron en compañía de Ekaterina y un individuo, el cual fue identificado como Rómulo S., también de nacionalidad brasileña, alrededor de la una de la mañana para recorrer antros en la ciudad, consumieron alcohol en exceso y varios tipos de drogas, sin referir la forma en la que lo consiguieron.

Aproximadamente a las nueve de la mañana regresaron al hotel. Fernando Luis, hermano del fallecido explicó ante la autoridad que luego de haber consumido grandes cantidades de alcohol y enervantes, discutió con Ekaterina por razones que no tenían sentido, por lo que luego de que empleados del hotel les solicitaron calma, corrieron sin rumbo fijo, ya que, dijo, se sintieron perseguidos a tal grado de que comenzaron a esconderse en diferentes lugares. Ekaterina abandonó el hotel ese día.

Comienzo de la ‘persecución’ 

Posteriormente, entrando la noche, los hermanos regresaron a las inmediaciones del hotel donde se hospedaban, se sentaron y aún bajo los influjos de las drogas se pusieron de acuerdo para deshacerse de sus celulares para evitar ser rastreados vía satelital y de sus zapatos para no ser identificados. Luego se separaron para resguardarse, ya que seguían con la idea de ser observados y perseguidos.

Antes de arrojar su teléfono celular, Fernando Luis envío un mensaje a uno de sus familiares en el que externó su temor de ser secuestrados. En su declaración ministerial, Fernando dijo que desde el lugar donde estaba escondido, observó movilización de patrullas y personas que comentaban que una persona había muerto, por lo cual infirió que se trataba de su hermano.

De manera inmediata, compró ropa y calzado para posteriormente abordar un taxi el cual lo trasladó a Cancún, lugar en donde estuvo deambulando durante dos noches y cuando se le acabó el recurso monetario que tenía, pidió prestada una tarjeta telefónica, con la cual hizo una llamada a un amigo, quien a su vez contactó a una persona para que fuera a auxiliarlo.