Siembra el monolito de Itzamná la esperanza de un museo
Fue hallado hace 16 años y es la justificación para que haya un lugar en esta ciudad para exhibirlo.
Luis Ballesteros/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- Raymundo Tineo Celaya, cronista vitalicio de Playa del Carmen, relata cómo a finales de la década de los años noventa (1998 y 1999), un grupo de personas de ascendencia Maya y otros avecindados en la localidad comenzaron a llevar ofrendas y hacer rituales en torno al monolito colocado sobre una base entre los terrenos propiedad de Adolfo Lubcke y Wolf Deutsh, siendo este último quién resguardaba la pieza arqueológica.
Deidad
Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y de arqueología Maya sostienen al día de hoy que muy probablemente se trata de la representación de Itzamná, deidad identificada con el asentamiento de Chichen Itzá y otras ciudades de la cultura milenaria. Se le atribuye, entre otras enseñanzas, el haber mostrado a su pueblo las bondades, el cultivo y el uso del “ki” (henequén), el agave que desde entonces ha estado presente en la actividad agrícola de la península de Yucatán.
El “Monolito de Itzamná” o “Monolito de Playa del Carmen” es una piedra hecha de sedimentos marinos y tiene un tamaño aproximado de 40 centímetros.
Sobre el futuro de esta pieza, la titular del INAH en el estado, Adriana Velázquez Morlet, asegura que será en dos meses cuando quede instalada en el Museo Maya de Cancún en donde, asegura, contará con las condiciones necesarias para mantener a la figura en óptimas condiciones.
El pretexto perfecto
“Para Playa del Carmen se puede hacer un réplica que se exhiba en el punto que consideren las autoridades del Municipio”, dice Velázquez Morlet, pero para Raymundo Tineo esto es el principio la gestión de un museo para Playa del Carmen, donde tarde o temprano debe regresar esa figura arqueológica, “el monolito debe regresar a su hogar algún día…” concluye.