Julio César Lara: pionero de la infraestructura cancunense
Cargado de sueños y deseos, llegó en 1982 para poner en práctica lo aprendido en la universidad.
Claudia Olavarría/SIPSE
CANCÚN, Quintana Roo.- En 1982 llegó a Cancún Julio César Lara Martínez, con sueños y deseos de trabajar y poner en práctica lo aprendido en la universidad. En esa época, trabajaba para la empresa Construcciones Pesadas, que había concursado y ganado contratos de infraestructura.
“Vine a construir, en esa época había obra de infraestructura, agua potable, calles, carretera, así como los primeros desarrollos de vivienda y había mucha invasión, pero definitivamente, era un lugar muy bonito y había mucho trabajo”, recordó.
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Lara Martínez participó en la instalación de la red de agua potable en la ciudad, así como el drenaje y calles.
Una de las obras que recuerda es haber hecho los ejes viales de Cancún en el proyecto Nuevos Horizontes, que impulsaba en esa época el gobernador Pedro Joaquín Coldwell.
En la charla con Novedades Quintana Roo sobre la historia de los primeros años de Cancún, relató que la gente vivía en condiciones difíciles, porque las primeras colonias se formaron en la base de los asentamientos irregulares de la época.
“Decido quedarme por acá, primero por el trabajo y además, era un lugar paradisíaco, pues ¿qué le pides a la vida?, después empieza uno a involucrarse y a tratar de que las cosas sean mejores, y creo que hasta finales de los años 90, con todo y la deformación del proyecto original, las cosas iban bien”, destacó.
El Instituto de Vivienda en Quintana Roo (el desaparecido Inviqroo), comenzó a más o menos a ordenar y fue cuando inició la construcción de los ejes viales de Cancún. Eran de la avenida Bonampak hasta lo que le llaman ‘la primera entrada’ de la Región 94, y de la José López Portillo hasta la Ruta 7, que le llamaban ‘Talleres’, por lo que todas esas calles principales como Francisco I. Madero (Ruta Cuatro), Miguel Hidalgo (Ruta Cinco) y las calles transversales o perpendiculares a estas son las que le tocó hacer.
Proyectos de gran calado
En algunas supermanzanas del primer cuadro de la ciudad, trabajó en la infraestructura interna, igual participó en las zonas de captación de agua para el municipio, después siguió con la vivienda, y cualquier cantidad de calles en el estado.
“En esos días fui parte de una obra muy importante, la de dotar de agua potable a la isla de Cozumel, trabajo interesante por lo complicado y llegaron las primeras zanjadoras al estado”, comentó.
Las zanjas, antes de llegar esa nueva tecnología, se hacían con explosivos, algo que era complicado y costoso, pero finalmente, para Cozumel tuvieron esa maquinaría con Grupo ICA, lo que consolidó la obra para la ínsula y terminó bien.
A la par que Cancún, estaba en desarrollo y era un lugar muy tranquilo, diferente a lo de ahora. “Creo que el proyecto hecho por Infraestructura Turística (Infratur) y Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) era un excelente proyecto que obviamente se echó a perder por corrupción a todos los niveles, estoy convencido de ello: era un proyecto muy bien armado, estructurado”, afirmó.
En sus primeros años en Cancún, el destino era jalador de mano de obra y hubo la necesidad de vivienda, la gente veía la posibilidad de lograr un patrimonio que tal vez no podía tenerlo en su lugar de origen, y esto fue haciendo crecer de forma desproporcionada a la ciudad.
“En esa época, por ejemplo, uno iba al Mercado 23, -que en realidad se llama 'Javier Rojo Gómez'- y podía dejar el automóvil abierto, lo mismo pasaba en la casa, no había problema, hoy eso ha cambiado y no me cabe en la cabeza que tengamos más de un muerto por día por causas relacionadas a la delincuencia organizada”, indicó.
Lara Martínez consideró que nunca ha dejado de construir desde que salió de la universidad y es algo que le gusta mucho, aunque sí ha dejado de hacer cosas con las que no está de acuerdo.
Sobre su participación en el desarrollo de vivienda, puede decir que jamás construyó una casa en un predio menor a 200 metros cuadrados y no hizo vivienda familiar menor a 60 metros cuadrados. Está en contra de las que se hacen en 30, 20 o menos metros cuadrados, por lo que decidió retirarse de ese mercado.
Lara Martínez señaló que si pudiera cambiar algo en Cancún, sería lograr una responsabilidad compartida del sector público con el privado para beneficio de los trabajadores y sus familias.
Esa mancuerna bien pudo hacer cosas para que los empleados tuviera mejores condiciones de vida, dijo que un ejemplo son esas casas pequeñas con recamarás de 2.60 por 2.70, donde imagina que las personas no descansan, porque son lugares que encierran el calor; la gente duerme porque el cuerpo lo exige, pero no hay verdadero descanso.
Para él, no hubo el interés de las autoridades de exigir que se hicieran bien las cosas, al principio fue correcto que se potencializara el desarrollo, pero hubo un momento en lo que pudo decir a la iniciativa privada “ya están ustedes bien, ahora ayúdenme con ellos (la población) para que vivan en condiciones decorosas”. Al contrario el gobierno ha sido un promotor del desarrollo con recursos públicos, pero la ganancias no se quedan en el lugar, sino que se van a otros lugares.