Adrián Barreto/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- Raúl Torres no deja pasar la oportunidad de tomar pozol cuando Adán Rivera y Roberto Cirilo acercan su triciclo a la zona de El Recodo, bebida en la que confía para evitar deshidrataciones en verano.

Adán y Roberto son un par de chihuahuenses que tuvieron que adaptar su oficio de comerciantes a las exigencias de una ciudad como Playa del Carmen, y aunque el primero de ellos comenzó hace cuatro años vendiendo jugos, lleva casi uno comercializando el pozol.

Él, quien lleva cuatro años viviendo en Quintana Roo, tuvo el acercamiento con elementos de la cultura peninsular porque su hermana se casó con un tabasqueño.

También te puede interesar: Come esto y no te deshidratarás

Todos los días a Adán y a Roberto les toma dos horas preparar muy temprano el pozol en dos presentaciones: coco y cacao, y de cada uno hacen cerca de 25 litros que transportan en hieleras que a su vez son montadas en un triciclo.

“Me aviento un rato lavando las neveras para que no tengamos problemas, las lavamos al final del día con un poco de cloro y verificó que no queden residuos, porque luego por esto también las autoridades no quieren que vendamos”, dijo en referencia a la prohibición que la Cofepris dispuso a nivel estatal en 2012 porque se detectó e-coli en ese producto, aunque Efraín Alonzo Sansores, titular del área local, negó que ahora se tenga alguna alerta sanitaria.

Entre su recorrido diurno ofrecen el pozol a los trabajadores de la playa, lo mismo masajistas como a meseros o pescadores lo compran, pues dicen que esta bebida de maíz disuelto en agua y con un toque de miel les quita la sed y refresca.

“Yo lo tomo porque luego me aviento horas sin comer; salimos al mar desde temprano con un desayuno ligero y luego como hasta la 1 o 2 de la tarde, y eso ayuda a no tener acidez”, explicó Raúl Torres, quien recomendó esta bebida.