Titanes del Pacífico: Insurrección, una película
John Boyega demuestra su capacidad como protagonista al llevar el rol principal.
Rafael R. Deustúa
Robots gigantes contra monstruos... si eso suena bien, véala, si no, ni vale la pena quejarse.
He de reconocer que “Titanes del Pacífico” pasó de ser una película que no me gustó a una especie de placer culpable. Cada que la veía recordaba los errores o inconsistencias que le critiqué, siguen en la película, pero dejaron de importarme, pues el chiste de la película era que uno se olvidara un rato de la realidad viendo robots gigantes pelear con monstruos. La secuela es lo mismo, pero quitando la parte inteligente.
Diez años después de la muerte del último Kaiju la humanidad siguen en alerta, por ello reclutan como entrenador de pilotos al hijo pródigo del legendario Stacker Pentecost que acaba de ser arrestado traficando parte de Jaegers.
La contratación, sin embargo, parece inútil, pues los Jaegers están a punto de ser reemplazados por una nueva generación de drones, a menos que algo malo ocurra.
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Firmado por Emily Carmichael, Steven S. DeKnight (director), Kira Snyder y T.S. Nowlin, el libreto probablemente sea el resultado de los cuatro ideando como enlazar las escenas de acción impactantes que querían filmar y palomeando la lista de requerimientos del estudio: “Héroes chinos -allá hubo mucha taquilla)”, listo, “reparto multiétnico atractivo a millenials”, listo. El resultado general es atractivo porque en una película palomera de robots contra monstruos, lo que importa es el humor y los efectos especiales.
El trabajo de DeKnight probablemente fue más detrás del hombro de un diseñador de efectos especiales que detrás de una cámara. Su narración es amena en una cinta 20 minutos más corta que la anterior, saber reconocer para cuánto tiempo tienes material es un mérito.
John Boyega demuestra su capacidad como protagonista al llevar el rol principal, acompañado de Scott Eastwood y varios rostros nuevos, como Cailee Spaeny y Adria Arjona (hija de Ricardo). Rinko Kikuchi, Burn Gorman y Charlie Day repiten sus papeles de la primera.
Ahora bien, los importantes del filme son Stefan Dechant, diseñador de producción, y Robert Bavin, director de arte, encargados de organizar todo el aspecto visual, desde el diseño de monstruos y robots a la organización con WETA, Legacy y las otras empresas de efectos especiales, son ellos quienes dan el atractivo a la película: todo lo visual.
Para bien o para mal, “Titanes del Pacífico: Insurrección” ofrece lo que se puede esperar de una película de robots contra monstruos.