Temen entrada de soya transgénica a Quintana Roo
Debido a los métodos que se utiliza, en 10 años, provocaría la erosión de la tierra y escasez de agua.
Claudia Martín/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- La siembra de transgénicos en Quintana Roo podría convertir la selva en un desierto, lo anterior debido a los métodos que se utilizan para estos cultivos, a lo sumo en 10 años provocaría la erosión de la tierra y escasez de agua en el manto freático.
Rogel Villanueva Gutiérrez, investigador titular en El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), advirtió que la agricultura transgénica implica riesgos al medio ambiente, flora, fauna y a la salud por el uso de herbicidas y pesticidas.
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Ayer, la segunda sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dejó en lista, para una próxima sesión, los amparos en contra de los permisos concedidos a la trasnacional Monsanto para la producción de soya transgénica.
La denuncia fue interpuesta por campesinos mayas, encabezados por Angélica María Ek Canché, quienes promovieron amparos en contra de Monsanto y de la dirección general de Sanidad Vegetal del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), por la expedición de un permiso para la siembra de soya “genéticamente modificada” destinada a cultivarse en 253 mil 500 hectáreas, sobre cinco polígonos ubicados en la península de Yucatán, así como en Chiapas y la planicie huasteca. Los amparos fueros otorgados el 11 de mayo de 2012.
Favorece el cáncer
“Sería un duro golpe que se llegará a aprobar la siembra de soya transgénica, porque implica el uso de herbicidas y pesticidas muy poderosos. El más tóxico es el glifosato. Produce cáncer en las mujeres y malformaciones en los hijos, según estudios científicos de más alto nivel”.
Lo preocupante de la siembra de transgénicos, además, la devastación de selva con maquinaria pesada, porque meten tractores, luego dos buldócer que jalan con una cadena y van tumbando todos los árboles grandes desde la raíz, de los cuales, ni siquiera utilizan la madera, porque luego, luego realizan la quema para apresurar tiempos.
“La península tienen suelos delgados y, al no haber árboles, se van a erosionar por la acciones del agua y viento, impidiendo que se regeneren las hectáreas devastadas. Al no tener opción de regenerarse en ocho o 10 años no van a servir para nada”, precisó.
“El agua es otro problema grave, porque para regar los cultivos elaboran pozos profundos, lo que provocará que el manto freático se terminará por vaciar y no habrá agua dulce, agua salobre que no sirve para los cultivos”.
El método correcto, es la forma tradicional, la roza, tumba y quema, que permite una reforestación de la zona en años subsecuentes.
Transgénicos en Quintana Roo
Villanueva Gutiérrez señaló que en Quintana Roo se ha detectado la siembra de cultivos posiblemente transgénicos, en el ejido de Nuevo Salamanca del municipio de Bacalar, sin embargo, Ecosur, realiza las pruebas científicas para determinar si hay o no transgénicos en la zona.
“Actualmente están en análisis los sembradíos que hemos encontrado en esa zona para determinar qué porcentaje es de transgénicos y quéporcentaje es orgánico. Los resultados podrían ser reveladores y esperaremos las pruebas de laboratorio para dar a conocer lo encontrado”.
La zona devastada en Bacalar es de cinco mil hectáreas aproximadamente y cada día devastan más: los cultivos maíz, frijol, cacahuate, sorgo y soya se encuentran en una franja tres mil hectáreas.
Agregó que en Campeche quieren tumbar, entre este año y el próximo, unas 50 mil hectáreas para poder sembrar soya transgénica. Actualmente hay aproximadamente 17 mil hectáreas dañadas.