Licety Díaz/SIPSE
TULUM, Q. Roo.- Akumal, que en maya significa "Lugar de Tortugas", es una de las playas preferidas por los turistas; los viajeros la califican en el sitioTripAdvisor entre las cinco mejores de la Riviera Maya esto por su encanto al ser el único sitio a nivel nacional que garantiza nadar con los quelonios en su medio natural, sin embargo, en temporada alta llegan hasta cuatro mil visitantes al día, cuando lo ideal, de acuerdo con expertos, deben ser 250, el resultado de la sobreexposicipón al contacto humano es: tortugas enfermas.

Esta actividad está llegando a tener consecuencias graves por las malas prácticas de los turistas, pues la tortuga llega a este sitio para alimentarse del pasto marino y pierden energía al intentar alejarse de las personas además de generarles estrés”, informó Miguel Ángel Lozano Huguening, coordinador de programa de manejo costero en el Centro Ecológico de Akumal (CEA).

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Hace más de tres años que comenzaron a verse problemas en algunas tortugas, a quienes se les detectaron tumores en diferentes partes de sus cuerpos; en el último censo que se realizó, de 57 tortugas registradas, el 10% presentaban este mal.

Biólogos del CEA comentan que aún faltan más estudios para definir con exactitud qué es lo que está causando este problema, por el momento todo se relaciona al acoso de los turistas, la mala calidad del agua y contaminantes.

Los hoteles establecidos en la bahía de Akumal cuentan con sistemas de tratamiento de aguas residuales, pero esto no sucede así en el poblado de Akumal donde viven cerca de dos mil personas.

Factores que afectan a las tortugas

El CEA tiene un proyecto de dotar de drenaje al poblado, junto con inversión pública de los tres órdenes de gobierno, una vez que se implemente el programa de ordenamiento de la propiedad privada de esta organización ambiental para destinar el 33% de los ingresos para infraestructura de la población.

Otro de los problemas es que las cooperativas explotan los tours de observación de tortugas sin importarles la conservación y con una ganancia directa a costa de la conservación de la ecología y su hábitat y sin el pago de infraestructura, ni de algún servicio.

Los vendedores ambulantes, es otro factor, puesto que no respetan las buenas prácticas ambientales, al no tener servicio de infraestructura de baños, ni de cualquier otro tipo y el centro solo cuenta con dos baños ecológicos para atender a los miles de visitantes.

Plan de manejo

Se está trabajando con varias instituciones para analizar la capacidad de carga y se han hecho recomendaciones a las autoridades cada vez que solicitan el permiso de aprovechamiento, y falta la presencia de las dependencias para que vean que los lineamientos que estipulen se sigan, señaló Miguel Ángel Lozano Huguening.

“Desde el año pasado no hay esquema de plan de manejo, el último contemplaba seis personas por guía, no usar aletas, 45 minutos de tour, diferentes horarios, y 250 personas al día, pero la problemática es que no hay nadie que supervise estos lineamientos”, indicó.

También dio a conocer que las características de las tortugas es que no hacen grupos, pero en los últimos tiempos lo están haciendo,  hay estudiantes del centro que ya analizan este cambio de comportamiento, pues es algo que ha generado el contacto con el hombre.

Población de tortugas en Akumal

La población de tortugas verdes que están en la bahía es joven y fluctúa entre uno y dos años, es por eso que se le ponen marcas para saber cuáles son las que regresan, dijo Héctor Antonio Lizárraga Cubedo, director del CEA.

Este centro es una organización sin fines de lucro con la finalidad de proteger el ambiente marino costero de las bahías de Akumal, con el objetivo de proveer herramientas científicas y técnicas que permitan llevar a un modelo de sustentabilidad turística ecológica y aprovechamiento a largo plazo del destino.

Tienen la misión de generar y promover estrategias de manejo integral de los ecosistemas de Akumal, a través de investigación, capacitación y gestión para que sea un modelo replicable para la sostenibilidad ambiental en el Caribe mexicano.

Fotos: Luis Soto/SIPSE