Eric Galindo/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- De cada l0 extorsiones que se cometen en el municipio al mes, la mitad no se denuncian porque las víctimas tienen miedo a ser “levantadas” o a sufrir represalias de grupos delictivos, según información de inteligencia policíaca este tipo de extorsiones son contra bares, pequeños comercios y vendedores de droga independientes. La Policía Judicial del Estado (PJE) lleva contabilizadas 14 denuncias de enero a mayo, la mayoría son por extorsión telefónica.

Según las cifras que maneja en su página el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, las extorsiones se duplicaron en Quintana Roo en comparación con el 2013. El dato que manejó el organismo federal señaló que de enero a mayo del presente año llevan un récord de 141 denuncias levantadas en todo el estado. En el mismo período del año anterior sólo se levantaron 70.

Fuentes de la PJE informaron que actualmente, “El Asa”, el jefe de la plaza de la organización delictiva “Los Pelones”, es quien mantiene en jaque a los comercios y distribuidores independientes o “chapulines”, se ubican u operan en el norte y noreste de la ciudad.

Llega la violencia

El modo de operar del líder de esta célula es mandar a su gente a comercios o puntos de venta de droga. El primer contacto que tienen con sus víctimas es sin violencia, les imponen a que trabajen con ellos y de no aceptar entonces deberían de cerrar. Una o dos semanas les dan de plazo para que se unan a su agrupación, después de la advertencia viene la violencia, es cuando deciden ejecutar o levantar al “chapulín” o propietario del establecimiento.

Secuestro virtual

La PJE informó que los casos que más se denuncian en el Ministerio Público del Fuero Común (MPFC) son las extorsiones telefónicas, llamados también secuestros virtuales. Tienen en las listas los casos de extorsión cuando se presenta como familiares que están en la frontera o cuando hablan que se ganó un concurso. Antes del 21 de abril del presente año, las autoridades judiciales no podían intervenir en un caso de extorsión, si la víctima no lo solicitaba.