Teresa Pérez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Más de 400 familias residentes del fraccionamiento Corales, primera etapa, en la Supermanzana 77, buscarán con universidades y Colegio de Ingenieros a nivel nacional, apoyo para realizar un peritaje alterno al que hicieron autoridades del Ayuntamiento de Benito Juárez y el Colegio de Ingenieros de Quintana Roo.

Desde primeras horas del día, una de las vecinas de un edificio contiguo al declarado como “zona de alto riesgo”, dijo que Mario Castro Madera, titular de la Dirección de Protección Civil, debía dar alternativas y mayor explicación sobre el peritaje hecho, pues estaba en juego la estabilidad de 400 hogares. 

Por tal motivo, dijo que se unirán para evitar que sean desalojados de la noche a la mañana, pues mencionó que lo peor que les puede pasar es perder su patrimonio. 

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El edificio acordonado para evitar el acceso al interior, cuenta con dos sellos que colocó Protección Civil, la que dice “Peligro zona de alto riesgo”, bajo los argumentos jurídicos del artículo 75 de la Ley General de Protección Civil, 119, fracc. VIII Ley Estatal de Protección Civil y artículo 60 párrafo segundo del Reglamento Municipal de Protección Civil. 

Para Gloria Sánchez, vecina del lugar, dicho problema no es nuevo, recordó que desde hace tres años, realizó una visita a las oficinas de Protección Civil con la intención de solicitar una valoración de los edificios, al observar a simple vista, gran deterioro en espacios comunes.

“El titular de ese tiempo no nos escuchó, nos dijo que no tenían arquitecto responsable en el área y que no podían hacer nada por ser un fraccionamiento privado, ahora nos dicen que ya no hay solución y estamos a punto de quedarnos en la calle”, dijo.

Miembros del Colegio de Ingenieros en Quintana Roo, comentaron que el daño estructural es tan grave en dichos edificios que la llegada de un huracán podría colapsarlos.

Testimonio del deterioro

Para Rafael Medina, los 28 años habitando en Corales han servido como testimonio del deterioro de los inmuebles, y aunque aceptó que si las autoridades declaran que son inhabitables, la poca sensibilización y la falta de interés para buscar una solución social a más de 400 hogares, ha hecho que la mayoría de los residentes se sienta en abandono. 

Se percibe un ambiente nostálgico, las familias que pernoctan en la carpa del estacionamiento, lucen cansadas, unos para levantar el ánimo, barren las hojas de su morada, otros encienden el televisor y se disponen a ver las noticias, esperando una respuesta que les regrese la esperanza, de que no todo está perdido.

Para Ángel N, la solución más objetiva sería que les ofrecieran un plan “b” para rehabilitar el edificio que hasta hace quince días habitó, sin embargo, comentó que escuchó decir a personal de Protección Civil, que en cualquier momento les quitarían el techo prestado, dejándolos ahora sí en la calle. 

En un recorrido por el fraccionamiento, se observaron paredes agrietadas, varillas expuestas, escalones improvisados con tablas. 

En el último piso de uno de ellos, en un departamento, habitan tres familias, siete niños y cinco adultos, hace un mes una de las tuberías de la cisterna se rompió, provocando encharcamiento de agua, con el paso de las semanas, comentó Alfonsina, en su hogar se ha filtrado el agua, “tenemos una gotera constante”.