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Se han logrado crear macetas que pueden durar hasta 2 años. (Redacción)
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Redacción
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- Integran a más de 30 hoteles, restaurantes y bares de Playa del Carmen a la iniciativa de transformación de colillas de cigarro en macetas 100% biodegradables, mediante innovadora técnica artesanal de reciclaje.

Eduardo Valencia, embajador de la iniciativa Verde Halago en Quintana Roo, informó que a propósito de que este 31 de mayo se conmemora el Día Mundial sin Tabaco, es importante recalcar que este residuo tóxico puede tener un destino final adecuado.

Señaló que uno de los principales objetivos es evitar que lleguen a revolverse con la basura común o que continúen contaminando las playas, las calles, agua de mar o del manto freático.

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“Sí se puede reutilizar, que no las tiren en la calle o revuelvan con otros residuos. Hay que concientizar a las personas, ya que de acuerdo a Ocean Conservancy, la colillas de cigarro son el residuo que más se encuentra en las playas a nivel mundial, se reportan hasta un millón de colillas anuales”, dijo el promotor del reciclaje.

 

En la primera fase del proyecto, se lograron integrar a un total de 34 empresas que entregaron más de 100 kilos de colillas (considerando que son alrededor de 3 mil piezas por cada kilogramo), y se está proyectando que para el segundo semestre del 2018, se hayan anexado también hoteles y negocios de la ciudad de Cancún de manera activa.

Explicó que primero realizan un proceso artesanal de desintoxicación del material, de más de 400 químicos, para continuar con una mezcla con papel reciclado, aserrín y fécula y maíz; después utilizando presión, se compacta el material para su secado y modelado.

Así se han logrado crear macetas que pueden durar hasta 2 años y una vez que se comienza a deformar puede ser utilizada de abono para plantas, por lo que no se genera ningún residuo totalmente biodegradable.

“Lo que hacemos es acelerar el proceso de degradación de las colillas, que es estimado de 10 años hasta solo un año y medio, dando un tratamiento optimo al residuo tóxico, combinándolo con otros materiales orgánicos. Además, se proyecta que la optimización de las colillas puede derivar en otro tipo de productos biodegradables, como lo son hojas de papel, ceniceros o pantallas de lámparas”, dijo el entrevistado.

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